Así evaluó la defensora de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes el encuentro que constituirá la Primera Consulta Regional para América Latina y el Caribe para la redacción de la Observación General N°26 sobre cómo revertir el impacto de ese cambio en las niñeces de la región.
La defensora de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, Marisa Graham, ponderó que, pese a ser «vulnerables por partida doble» al cambio climático, los niños «son más capaces de pensar en términos de futuro más allá de su propia existencia» y consideró que sus «voces serán muy importantes» en la construcción de consensos y propuestas para revertir el deterioro ambiental que los países americanos intentarán formular desde este martes y durante tres días en la ciudad de Buenos Aires y poner a consideración de Naciones Unidas.
El Palacio San Martín, sede de la Cancillería argentina y uno de los organismos del Estado nacional que auspicia la iniciativa, será sede desde este martes y hasta el miércoles de la denominada Primera Consulta Regional para América Latina y el Caribe para la redacción de la Observación General N°26 -un documento de Naciones Unidas- sobre los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y Medio Ambiente, que pondrá foco en cómo revertir el impacto que tiene el cambio climático en las niñeces de la región.
La cita, la primera a nivel mundial en relación a la elaboración de la Observación General, reunirá a expertos gubernamentales designados por los Estados participantes, organismos multilaterales y ONGs. También participarán más de 50 niñas y niños y adolescentes en representación de Argentina, Uruguay, Brasil, República Dominicana, Colombia, El Salvador, Perú, Chile, Ecuador y Trinidad y Tobago.
«Para aquellos (los Estados, los organismos multilaterales y la sociedad civil) que tienen que custodiar por sus derechos a nivel global, es importante primero cumplir con el derecho del niño a ser oído porque son los que más van a vivir los efectos del cambio climático», enfatizó Graham a Télam.
Según datos de Unicef, en América Latina y el Caribe viven 188 millones de niños, niñas y adolescentes, quienes se ven afectados por el daño ambiental provocado por la pérdida de biodiversidad, la contaminación y el cambio climático. Entre las consecuencias que deben padecer se destacan la inestabilidad política y económica de sus países de origen, una desigualdad creciente, disminución de la seguridad alimentaria y del agua y mayores amenazas para la salud y los medios de subsistencia.
Argentina será anfitrión del encuentro regional. Por tal condición, Graham recibió a Télam en su despacho, donde conversó sobre los principales ejes del encuentro y su importancia para el futuro de las niñeces en América Latina y el mundo.
-Télam:¿De qué se trata esta Observación General Número 26?
-Marisa Graham: Esta observación, que hay que remarcar que es la primera consulta presencial que se va a hacer en nuestra región, pone en consulta al Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas al linkearlo con el cambio climático y con cómo las cuestiones que tienen que ver con el medio ambiente impactan o tienen efectos adversos en la garantía de derechos de niñas, niños y adolescentes.
-T: ¿Cuál es la relación entre la niñez y adolescencia con respecto al cambio climático y el medio ambiente?
-MG: El impacto del cambio ambiental se acentúa en aquellos sectores más vulnerables. Y los más vulnerables, por una cuestión intrínseca, son los más chiquitos y las más chiquitas junto a los adolescentes. Primero, porque necesitan de otro para garantizar sus derechos, pero también porque las infancias y adolescencias tanto en la República Argentina como en el resto del mundo tienen una interseccionalidad de vulnerabilidades.
-T: ¿Por ejemplo?
-MG: Por ejemplo, una nena de diez años que pertenece a una población indígena y que además no accede al agua segura. Hay distintas interseccionalidades que tienen que ver con el género, la etnia, con la situación cultural y socioeconómica, entre otras.
-T: En este sentido, ¿cómo impactan los riesgos del cambio climático sobre quienes se encuentran en condición de vulnerabilidad?
-MG: El cambio climático hace que toda la población y la casa común que es la Tierra estén en riesgo, pero los que sufren más las consecuencias de ese riesgo son los más vulnerables, entre los que se encuentran los niños y adolescentes. Por un lado, hay maneras de mitigar esos riesgos y procesos de adaptación, que no quiere decir resignarse, sino ver cómo la humanidad empieza a transformar la naturaleza de una manera distinta y que se adapte a distintas circunstancias climáticas. Además, los más vulnerables al cambio climático son los países en desarrollo, frente a los países con una gran emisión de, por ejemplo, gases de efecto invernadero.
-T: ¿Qué efectos del cambio climático se acentúan en nuestro país?
-MG: Hay efectos que nosotros ya estamos viviendo, como el desmonte de la Amazonia, que no solo generó problemas en Brasil sino que generó la desertificación y que la disponibilidad del agua segura esté cada vez más debajo de la tierra, 200 metros por debajo del nivel del mar en el chaco salteño, por ejemplo. Lo cual implica que las poblaciones, mayoritariamente pueblos indígenas que viven en esas zonas se vean afectados por aquel desmonte. Dentro de esas poblaciones, los más vulnerables y los que mueren por falta de agua segura son los recién nacidos, los bebés o los que están en la primera infancia ya que son los más afectados por la deshidratación y la desnutrición.
-T: ¿Por qué se eligió a la Argentina como anfitriona de este encuentro?
-MG: El Comité de Derechos del Niño tenía particular interés en que las observaciones generales tengan una visión de esta parte del mundo, de Latinoamérica y el Caribe. Entonces, que la primera consulta se hiciera en la República Argentina es muy importante, porque consideraron que estábamos en las mejores condiciones de infraestructura y de institucionalidad.
-T: ¿Qué resultados u objetivos se esperan de esta primera consulta presencial en América Latina?
-MG: Primero, incorporar la voz de las chicas y de los chicos y escuchar la voz de expertos de América Latina y el Caribe que puedan aportar una mirada del impacto que tiene el cambio climático en nuestra región. Y por primera vez, unir estos dos temas que no son tan sencillos, ya que los que somos expertos en derechos de los niños no solemos ser expertos en cambio climático y viceversa. Necesitamos que los expertos piensen en términos de infancias y adolescencias en relación al cambio climático, cosa que antes no existía.
-T: A raíz de esta consulta se está trabajando en un borrador sobre los derechos de las niñeces y el cambio climático. ¿Qué tipo de aplicación tendría este documento?
-MG: Una vez que se apruebe por el Comité y se publique, el documento va a formar parte de lo que nosotros llamamos el «corpus iuris» de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en el que también tenemos la Convención sobre los Derechos del Niño y otros tratados de derechos humanos, que además tienen rango constitucional. Esos tratados se han ido enriqueciendo por lo que se llama la doctrina internacional, que son estas observaciones de los comités que velan por el cumplimiento de cada uno de los tratados de derechos humanos, de los cuales la Argentina es signatario de casi todos. Entonces lo que llamamos el ‘corpus iuris’ se va enriqueciendo y adecuando a estos nuevos tiempos.
Nueve de cada 10 niños cree que el cambio climático amenaza su futuro, según un informe de la ONU
El 88% de los niños y niñas piensa que el cambio climático «amenaza a las futuras generaciones», mientras que el 67% opina que los daños medioambientales «afectan a unos niños y niñas más que otros», según los resultados de una consulta de Naciones Unidas (ONU), la cual será insumo para «el borrador de la próxima Observación General de los derechos del niño y el medio ambiente», señaló Luis Pedernera, miembro del Comité de Derechos del Niño de la ONU.
La consulta, elaborada por la iniciativa Children’s Environmental Rights (derechos ambientales de las infancias, en castellano) de la ONU se realizó a través de un cuestionario online y fue respondida por «más de 7400 niños, provenientes de 103 países», señaló a Télam el especialista.
En ese sentido, Pedernera destacó que los resultados del informe servirán como insumo para «trabajar nuestra próxima Observación General, que va a ser la interpretación de la Convención sobre este asunto, y para hacerlo recurrimos a realizar estas consultas».
Según el sondeo, que estuvo dirigido a jóvenes de 12 a 17 años pero en el que también participaron niños más pequeños con el apoyo de un adulto, el 88% manifestó que «el cambio climático y los daños medioambientales amenazan a las futuras generaciones de niños y niñas».
Mientras que el 67% respondió que «los daños medioambientales afectan a algunos niños y niñas más que a otros, como los que viven en ciertas partes del mundo, los que viven en islas pequeñas y los que dependen de la naturaleza».
En este sentido, menos de la mitad de los encuestados (41%) afirmó que «puede acceder a la ayuda si sus derechos se ven afectados por el daño medioambiental o el cambio climático».
A su vez, el informe advirtió que los resultados pueden tener «una limitación derivada del acceso de las niñas y niños a Internet».
En tanto, Pedernera percibió que «de la región de América Latina y el Caribe los aportes a las consultas en línea no han sido muchos, y me preocupaba que la región no estuviera presente marcando un tema super importante para la vida de la niñez».
Por último, en el apartado que incluye las principales demandas de los niños y niñas a los adultos se encuentra el acceso a «un entorno limpio y saludable, ser escuchados y tomados en serio y desempeñar un papel en la acción medioambiental».
Asimismo, incluyeron la importancia de llevar a cabo «acciones claras y transparentes de los gobiernos, las empresas y todos los adultos, la cooperación entre países y regiones del mundo y la sensibilización y educación medioambiental, junto con espacios para compartir sus ideas sobre posibles soluciones».