Por Martina Migliorisi
Hola, ¿Cómo estás? Las últimas dos semanas fueron cuasi lisérgicas. Si te encontrás leyendo esto, tal vez signifique que hallaste algo de calma y paz en medio de la vorágine. Te felicito, pero también te envidio.
Ahora bien, sin repetir y sin soplar: ¿Qué pasó del 28 de octubre en adelante? La histórica performer, compositora y productora Missy Elliot se convirtió en la primera rapera en llegar al Rock&Roll Hall of Fame. El frontman de Viejas Locas e Intoxicados, Cristian “Pity” Álvarez, reapareció en las redes sociales junto a la cantautora Julieta Laso y trajo una excelente noticia consigo: la grabación de cuatro tangos para el documental “Tangos Bajos”, trabajados junto al músico y productor Daniel Melero.
Megadeth confirmó que retornará al país en abril del 2024. “Amor Amarillo”, álbum debut de la carrera solista de Gustavo Cerati, cumplió 30 años. Diez más celebró “Clics Modernos”, pieza cultural e identitaria de nuestro suelo, nacido el mismo año que nuestra joven democracia ininterrumpida: como recompensa, Charly García inmortalizó su nombre en una calle de New York, donde hace 40 años parió al álbum más espectacular del rock nacional.
Argentina absorbió todas estas novedades mientras dividía -y todavía divide- su atención entre los shows de la megaestrella internacional Taylor Swift y las elecciones presidenciales que se definirán el próximo domingo.
Aunque para muchas personas se trate de dos universos inconexos, no es extraño que uno o varios puentes disminuyan la distancia entre ellos. A propósito de las jornadas sufragistas y en medio de un escenario donde la reivindicación constante de ideas negacionistas está a la orden del día, una parte de la ciudadanía había comenzado a exigirle a los artistas más populares del país algún tipo de indicio público, que dé cuenta de su conexión con la realidad y de su intolerancia hacia los discursos de odio.
Pronunciamientos
El efecto existió, aunque pareció quedarse corto. Las personalidades más destacadas por los medios nacionales fueron Lali y Trueno, pero también existieron numerosos comunicados y acciones de Catriel, Chita, Jaff, Pedro Aznar, Atrás Hay Truenos, Luna Sujatovich, Marilina Bertoldi, Wos y Sara Hebe, entre otros, que llamaron a votar contra la propuesta conocida como “La Libertad Avanza” en instancias de ballotage. Pero entonces, ¿Qué tiene que ver Taylor Swift en todo esto?
La puja colectiva por un posicionamiento ideológico responsable no consiguió convencer a un gran cúmulo de artistas, pero sí logró llegar al núcleo de diversos “fandoms” -anglicismo que refiere a los grupos de fans acérrimos-. En este sentido, el rol de las denominadas “Swifties” fue uno de los más sorprendentes.
Una aclaración antes de seguir: La utilización de los términos femeninos en este news no es coincidencia, sino una decisión consciente de la pluma que los escribe. Y es que el fandom de Taylor Swift está representado, mayoritariamente, por mujeres jóvenes y adolescentes. Esta particularidad, que para algunos puede constituir un detalle casi anecdótico, es clave para entender los puentes con el mundo político y las inminentes elecciones en Argentina. Sobre este tópico retomaremos más adelante.
Ordenándonos, entonces, ¿Por qué el público de Taylor Swift está tan segmentado? Para algunas personas, la explicación radica en las letras de la autora, que no solo abordan su vida sentimental y sus numerosos desamores desde la mirada femenina, sino que además abren las puertas de su intimidad en todas sus formas, como si de una amiga confiándonos sus secretos se tratara. Sus miedos, sus angustias y sus sueños aparecen sin cargas de vergüenza. Sin embargo, otros observadores explican que el pop, un género históricamente feminizado tanto entre estrellas como entre consumidoras, es campo de cultivo próspero para cualquier poeta y música que sueñe en grande y trabaje duro.
Más allá de las teorías, los hechos: Taylor Swift es defensora de la igualdad de género y activista por los derechos de las diversidades. Este tipo de posicionamientos, por si fuera necesario aclararlo, suele repercutir considerablemente en las audiencias. En 2020, la cantautora estrenó su documental “Miss Americana”, donde expresa su preferencia por aquellos gobiernos que otorgan vidas dignas a las mujeres y al colectivo LGBT+, y donde devela su profundo lamento por no haber repudiado a Donald Trump públicamente antes de que este se convirtiera en Presidente.
En la misma línea se expresaron sus fans: “…Siguiendo su legado (el de Taylor Swift), y ante el peligro que representa el candidato de LLA, principalmente para las mujeres y diversidades, el 19 de noviembre NO lo vamos a votar”, sostiene el documento firmado por la comunidad Swiftie argentina, difundido en redes sociales durante los últimos días de octubre. Y día tras día, inesperadamente, el fandom de la cantante se convirtió en un frente de batalla más. Desde una perspectiva mucho más territorial, la posición de estas fieles se explica, además, en la diferencia más abismal con el espacio que tiene enfrente: el núcleo duro de los votantes de LLA está compuesto por masculinidades.
Lejos del clima festivo que hoy respira el barrio porteño de Núñez, que mira las horas pasar con detenimiento y entusiasmo, la frialdad de los números le da la razón a las fans de las que hoy habla el mundo entero: De no ser por el voto femenino, LLA hubiera conseguido su triunfo, sólido y aplastante, en primera vuelta.
Para irnos, quiero recomendarte tres gemas del mundo musical, sin nexo alguno y con ningún otro motivo más que el de compartir lo que se ama:
- – Este doble notición vinculado a Soda Stereo
– Este recap de la obra de Yoko Ono
– Este mashup popero entre Britney y Ke$ha