En el marco del festejo número 18, el Centro Cultural América Libre realizó una nueva edición de Birra y Política con Fernando Duclós sobre las claves para entender qué se viene en el siglo XXI: ¿El mundo mira al Este?
Por Juma Lamacchia
Discutir las problemáticas en torno a la política internacional que atraviesa nuestro país es un desafío muy grande, por eso el CC América Libre llamó al periodista Fernando Duclós para hacerlo. Si, Periodistán. El autor de “Un argentino en la ruta de la seda” que desde hace varios años les seguimos sus viajes por países que desconocemos o que alguna vez identificamos en un tablero no tan preciso del T.E.G, al primero que consultamos cuando vimos el fenómeno de Bangladesh con nuestra selección de fútbol y el que nos asombra mimetizándose en lugares tan alejados a nuestra vida cotidiana. O no tanto.
Él trata de ser “una persona normal” aunque entiende que llevar encima una gran cantidad de seguidores en redes sociales lo ubica en un lugar de exposición y responsabilidad privilegiado que hay que saber manejarlo. Un proyecto que gracias a ellas pudo crecer de manera independiente conectando historias, política y anécdotas con un enfoque cercano y humano. Mientras vive en un loop eterno de rutas y viajes volvió a Mar del Plata después de mucho tiempo – unas vacaciones en familia en La Serena y alguna que otra escapada a la ciudad – para conversar, cerveza de por medio, sobre el tema en cuestión: ¿El mundo mira al Este?
Fernando ha remarcado en reiteradas ocasiones las puertas que le abrieron Messi y Maradona en el resto del mundo, remarcando que es lo primero que se identifica cuando se nombra Argentina. Ante la duda de que si en el mundo que se viene tanto el deporte como la cultura pop seguirán siendo puentes para vincular distintas sociedades o países, remarcó: “El mundo nos está llevando, y particularmente en Occidente, a una individualización cada vez más creciente. Lo único que importa es la felicidad de uno.
En ese sentido, tristemente se van rompiendo cada vez más los acuerdos colectivos, las comunidades, incluso la familia”. Y agregó: “Cabría esperar que las comunidades que se arman respecto a otros intereses, como el deporte, también se vean afectadas. Hace 20 años las hinchadas de fútbol también eran grupos que se involucraron en políticas y organizaciones. Eso cada vez sucede menos, y si vamos rumbo al modelo de Sociedades Anónimas, menos va a suceder”.
-¿Cuáles crees que son las claves de la sociedad orietnal para involucrarse en el mundo global de hoy teniendo en cuenta que crecieron bajo sistemas políticos y sociales tan distintos?
-Hay que hacer una aclaración: los conceptos Occidente y Oriente son muy complejos, apenas nos sirven para esbozar algún tipo de aproximación a la comprensión del mundo. Hablar de Occidente como si Alemania y Perú fueran lo mismo o hablar de Oriente como si China y Arabia Saudita también fueran lo mismo, carece un poco de sentido. Hay un proceso que es evidente que es que otra vez que los países de Oriente vuelven a ocupar el lugar que históricamente ocuparon en la historia.
Sobre esta posición se trata el tema central. De esta manera, continúa con la comparación: “China en el año 1300 era, probablemente, la nación más importante del planeta, de repente sucedió algo que era la emergencia de Europa pero pareciera que eso gradualmente está empezando a decaer”, aunque agrega: “Ni siquiera tan gradualmente. Si uno ve el poder que tenían Inglaterra y Francia hace 100 años y el poder que tienen ahora, es evidente que decayeron una enormidad. Más allá de que tienen un anexo llamado Estados Unidos que ocupó ese lugar”.
China para ser el protagonista de la charla, como de nuestra vida cotidiana. La potencia asiática vuelve a estar en el centro de la escena y Periodistán nos trae un ejemplo certero: “China que no es una Democracia Liberal sacó 600 millones de personas de la pobreza en los últimos años. Lo cuál es un éxito sin ningún tipo de comparación en la historia mundial. Entonces obviamente la gente va a preguntarse por el sistema. Inevitablemente va a llevar a la pregunta “¿Cómo hicieron? Me gustaría entender”. Son debates que van a suceder”. Con respecto al avance global que no solo corresponde a este país, añade: “Lo que es inevitable y obvio, es que Oriente está retomando su lugar en el mundo, que históricamente tuvo. Esto traerá debates políticos, culturales, éticos, morales”.
-¿Ves Oriente y Occidente como sistemas uno por encima del otro a futuro?
–Nuestra generación está acostumbrada a pensar en términos de “Guerra Fría”. De repente aparece China y la gente dice “es una Guerra Fría” China por un lado y Estados Unidos por el otro. Oriente contra Occidente. Pero lo cierto es que la Guerra Fría fue un período completamente extraño en la historia del mundo en el cual dos potencias se adueñaron cada una de la mitad del mundo, en ese sentido, se libró una lucha también de valores, pero normalmente eso nunca sucedió. Lo normal es que haya un montón de polos de poder que se agrupaban como podían y trataban de vencer al otro.
-¿Las ventajas de los países del Este son exclusivamente económicas?
–Estados Unidos tiene la economía que tiene también porque está ligada a un pensamiento religioso, protestante y a una cultura. Por eso es complejo separar los tantos. Si fueran solamente económicas no habría tanto problema. Si en India y en China vos contás los habitantes de cada país viven ⅖ partes de la población mundial. Por empezar, si hay tanta gente significa que hay muchísimas manos y cuerpos para trabajar.
Fernando Duclós se prepara para subir al escenario y nos anticipa su próxima parada, para quienes lo seguimos en sus travesías y para quienes se comienzan a sumar ahora: a principios de noviembre partirá hacia Irán. No lo hace solo, en esta oportunidad, y como en anteriores lo hizo en destinos como Pakistán o India, lo hará guiado con un grupo de personas que comparten la misma curiosidad o un turismo extravagante como en sus comienzos.
Por último, es tan atrapante como difícil mantenerse informado y sobre todo interesado, de todo lo que pasa en el mundo, las desgracias ajenas y temores de época teniendo una Argentina tan volátil como indescifrable (o no tanto) en términos económicos, políticos y sociales en un mundo sobre informado sabiendo lo que pasa en Bangladesh o Australia al mismo tiempo. A esto Periodistán sugiere: “Es imposible entender Argentina si uno no entiende el mundo. En este país nos creemos que somos especiales, que las cosas que pasan acá no pasan en otro lado. Si uno veía lo que había pasado con Trump o Bolsonaro, era absolutamente lógico que apareciera una expresión de ultra derecha en Argentina, y sucedió”.