obra El Brote
Espectáculos

Roberto Peloni: “En el escenario estoy rodeado de bellos fantasmas y personajes que tengo que interpretar”

Luego del éxito del unipersonal en el verano 2024, el actor volvió al Teatro Auditorium con “El brote”. La obra se podrá ver hasta el domingo 9 de febrero en la sala Astor Piazzolla.

 

En la piel de un personaje que desdibuja la realidad y la ficción, Roberto Peloni protagoniza “El brote”, obra de Emiliano Dionisi, ganadora de 2 premios A.C.E, galardonada con dos premios Estrella de Mar 2024, dos premios María Guerrero, Escuela de Espectadores, un premio Trinidad Guevara y distinguida por el Consejo Deliberante por su interés cultural.

Luego de su éxito en la temporada marplatense del año pasado, el actor regresó en 2025 con este unipersonal al Teatro Auditorium por cuatro únicas funciones. La obra se podrá ver hasta el domingo 9 de febrero en la emblemática sala Astor Piazzolla.

Bacap dialogó con Roberto Peloni sobre la obra y su trabajo actoral en el marco de la vuelta a la ciudad de esta aclamada pieza actoral.

-¿Qué tiene para vos la obra que haya hecho que se convierta en un suceso teatral?

-Lo que trascendió al público más popular fue que, más allá de que la obra habla del teatro, que no consigue el papel que desea, en realidad, lo que sentimos es que había algo más universal y atemporal que es la frustración. Enfrentarse al sentimiento de la frustración, no poder conseguir o concretar un objetivo, hace que este personaje se atine a perder entre sus pensamientos, los papeles y obras que conoce y empiece a confundir lo que es la realidad, la historia, con la ficción de sus personajes. Es una especie de bomba de tiempo que está ahí a punto de sacar los trapitos al sol en cualquier momento. Y eso, al público en general le resulta atractivo. Ver qué pasa detrás de bambalinas, la fantasía de la gente que piensa cómo es ese detrás de escena y acá hay una posibilidad. Es divertido y hace que la gente se haya sentido interpelada por la obra y tenga bastante recomendación de boca en boca.

-¿Cómo se vivencia desde el escenario hacer un unipersonal?

-Hay una estructura que te contiene de alguna manera. La obra y la construcción gramática ya de por sí es un lugar de mucho juego y, en lugar de que haya varios actores, estoy solo corriendo de un lado para el otro, lo cual me da un desafío super interesante. Es un desafío que da gusto enfrentar y siento que, de alguna manera, no estoy solo. Estoy rodeado de bellos fantasmas y personajes  que tengo que interpretar.

Es muy placentero también porque es un trabajo que, si bien tiene su lado de soledad, estás apoyado de un texto, de una puesta en escena bellísima. Estar con el respaldo de una gran obra de teatro, de una puesta de luces impecable y con la suerte de tener una buena recepción y la sala llena. Es un trabajo muy especial y hermoso.

-¿Te pasó en algún momento de tu vida no poder distinguir entre realidad y ficción? ¿Cómo fue la construcción del personaje?

-La construcción del personaje fue creciendo a lo largo del tiempo. Nos tomamos un año de ensayos para encontrar el tono de la obra, entender bien con qué nos íbamos a enfrentar. Desde el primer momento que empezamos a leerla y trabajarla no sabíamos que nos encontrábamos con una montaña compleja para subir y que iba a demandar un gran trabajo. Lo primero fue un trabajo para ver desde qué lugar apuntar a ese personaje central, mientras jugábamos con los otros personajes. Cada personaje está en un nivel escénico diferente. Fuimos recortando y sacando el extracto de lo más sintético de cada uno, porque uno llega a una altura que comienza a mirar diferente.

Ir por el camino de confundir la realidad con la ficción no la viví como el personaje, pero son sentimientos que conozco y que entiendo.

Las voces, que nos hablan todo el tiempo, los mandatos, los pensamientos, lo que nos pasa cuando estamos en la calle o vamos en el auto y aparece un momento donde la imaginación se nos dispara y aparece la fantasía. No vivencié, pero reconozco ese mecanismo y creo que el teatro de alguna manera, desde un lugar artístico, da la posibilidad simbólica de expresar eso que no está bien y el personaje llega a una locura de la cual tiene que luego reinventarse. Por suerte no me pasó, pero el sentimiento no me es ajeno.

¿Cuál es tu visión sobre la salud mental? ¿Cómo creés que se aborda en la Argentina?

-Nosotros no abordamos de manera académica en el sentido de salud mental. Obviamente, es una temática que me interesa y sobre todo en este último tiempo. Creo que está profundizado por la época, por la ansiedad y que hay que tener mucho cuidado. Tratar de que cada uno haga lo mejor que pueda, desde terapias y otras alternativas y buscar ayuda. Creo que en la obra, si bien no lo buscamos desde ese lugar, sí sucedió que profesionales de la salud mental que vieron la obra nos aseguraron que el proceso es muy similar, que vieron lo que ven todo los días. La salud está en entender cuál es el límite de las cosas. En el caso del personaje, está claro que no conoce ese límite y lo lleva a lugares muy oscuros.

-Te presentaste en diversos lugares del mundo, ¿cómo fue la reacción de tu público?

-Feliz. Venimos haciendo funciones en Buenos Aires desde que arrancamos en febrero del 2023 y todas las funciones que fuimos haciendo en la gira, que incluyó Chicago, España, Colombia, Montevideo y ahora volvemos a Madrid, así que muy feliz de cumplir la función 200 porque el año pasado fue una fiesta y un gran regalo haber pasado por las salas llenas de espectadores. Felices de cumplir también el aniversario del teatro, que es un gran motivo de festejo estar en esta sala.

 

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