Desde la Universidad Nacional de Mar del Plata impulsan un programa integral que articula con cooperativas, empresas y organizaciones sociales para transformar residuos en recursos. En diálogo con Bacap, el vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas detalla cómo “Cuidando lo Nuestro” ya evitó que más de 50 toneladas de desechos tecnológicos terminaran en el basural.
“Cuidando lo Nuestro es un programa que trata de avanzar en lo que es la economía circular, en sensibilizar sobre la importancia del desarrollo económico sustentable”, introduce el Dr. Fernando Graña, vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Mar del Plata. El programa nació como una iniciativa modesta, enfocada en juntar ecobotellas y tapitas, en alianza con la Cámara de la Industria Plástica y la ONG Fortalecerse, pero pronto se transformó en una red compleja que involucra a distintos sectores de la ciudad.
Graña explica que “empezamos juntando ecobotellas y tapitas para articular desde lo económico, ambiental y social, especialmente con la cooperadora de hospitales del Materno Regional”. Un aspecto clave del proyecto es su vínculo directo con instituciones locales, como el Hospital Materno, que es destinatario de muchas de las donaciones y centro de acopio para varios materiales reciclables. “Ya no juntamos las tapitas para el Garrahan, sino para fortalecer el Hospital Regional acá en Mar del Plata”, aclara.
Un amplio alcance
El alcance del programa se fue ampliando rápidamente. Hoy, además de tapitas, recolectan aceite usado, ropa, desechos tecnológicos y lentes. “Hemos juntado más de 50 toneladas de desechos tecnológicos, lo cual es un número muy significativo, porque esos materiales no van al basural sino que se recuperan o disponen adecuadamente”, destaca el vicedecano. Además, el impacto social se refleja en la recolección de más de 3.500 prendas para el Materno Regional, evidenciando que “tirar la ropa también puede ser un problema de contaminación, por eso empezamos a juntar ropa usada”.
Sobre la recuperación de lentes, Graña detalla que “trabajamos con Amigos Solidarios por la Salud, una asociación que va a los barrios y con nuestro acompañamiento, muchas veces desde la facultad o la carpa de medicina, se identifica a personas con problemas de visión. Los lentes que juntamos se entregan a esos pacientes, así evitamos que terminen en la basura y ayudamos directamente a quienes lo necesitan”.
Este enfoque integrado permite que Cuidando lo Nuestro “articule lo ambiental con lo social y lo económico, construyendo una economía circular que es propia de la ciudad y no solo una campaña aislada”. La idea es fomentar una cultura sustentable que involucre a las empresas, organizaciones sociales, instituciones y ciudadanos.
Latas, máquinas y perchas: cuando el reciclaje genera industria
Uno de los últimos avances del programa es la recolección masiva de latas de aluminio, en convenio con cooperativas y cervecerías locales como Antares, Cheverry, Baum y Leven. “Estamos haciendo toda una logística de recuperación con estas cervecerías, para juntar una masa crítica importante de latas”, explica Graña. La iniciativa incluye además la cooperación del INTEMA, el Instituto de Tecnología de Materiales, que ayuda en el procesamiento del aluminio para fundirlo y fabricar bloques.
Estos bloques son la materia prima para el desarrollo de piezas para máquinas envasadoras, en conjunto con empresas metalmecánicas locales. “Estamos en la etapa inicial del desarrollo, pero es un ejemplo claro de economía circular aplicada: que ese aluminio no vaya al basural, que quede en la ciudad y se transforme en insumos para la industria local”, detalla el vicedecano.
Este proceso también genera beneficios sociales directos: “Parte de la rentabilidad que se genera con la venta de esas latas va a la cooperadora de hospitales del Materno Regional, por lo que no es solo una cuestión ambiental sino también social, ayudamos a mejorar el sistema de salud local”. Actualmente, el hospital es un punto oficial de recepción de latas, ubicado en la calle Castelli, frente al Materno, donde cualquier vecino puede acercar sus envases para sumarlos al circuito productivo.
El valor del plástico y el cartón
Además de latas, Cuidando lo Nuestro recoge plástico y cartón, materiales que muchas empresas todavía destinaban al basural. “Conseguimos que ese plástico sea enviado al Parque Industrial, donde se fabrican bolsas de residuos con ese mismo plástico reciclado”, comenta Graña. Asimismo, “con las tapitas se hacen perchas en Mar del Plata”, un dato que ilustra cómo el programa impulsa la economía circular al transformar residuos en productos que vuelven a circular localmente.
La clave, concluye Graña, es que “casi todo el material que recuperamos se convierte en un nuevo producto que circula dentro de la ciudad, generando empleo, reduciendo la huella ambiental y fortaleciendo el tejido social”. El programa, entonces, es mucho más que reciclaje: es una iniciativa que busca integrar desarrollo sustentable, inclusión social y producción local, un ejemplo para otras ciudades que quieran avanzar hacia una economía circular con impacto comunitario.