“Vendo mi ego” o “Vendo mi Instagram” son algunos de los mensajes que se encuentran por las calles. ¿Te cruzaste con alguno?
Por Alejandra Bertolami
Fernando Salimbene, conocido como @_nandon es quien está detrás de esta novedosa propuesta. Se trata de unos carteles rústicos, color verde, con tipografía en rojo y frases simples…pero con una vuelta de rosca.
Ida y vuelta con este artista multifacético:
– ¿Cómo fue tu acercamiento con el arte?
– En el año 2010, fue como mi primer acercamiento con el graffiti, pero, desde antes hacía talleres, muy por encima, no algo específico de alguna técnica, sino talleres de barrio.
Después, en el 2010 con el graffiti y también, porque me acerqué tanto a la pintura en ese momento. Mi viejo, tenía un taller de chapa y pintura así que, llegaba del colegio y sentía olor a pintura, una pintura muy fuerte y, entonces, desde que tengo memoria tengo ese espacio. Gracias a eso, tuve acercamiento a las pinturas y materiales con los que fui experimentando.
– ¿Cómo surgió la idea de intervenir la vía pública con carteles? ¿Cuándo arrancó éste proyecto?
– Después de haber hecho grafiti, terminé el colegio, hice murales, pintura en formato cuadro después, cosas un poco más en el interior del taller, empecé a apoderarme de éste taller y me quedé con ese espacio para armarlo como espacio de arte.
El cartel surgió como una respuesta y una necesidad de mostrarme, como una excusa para que después la gente busque mi obra a través de las redes sociales.
Mucho de lo que generaba era digital y era un tema que las personas se vinculen con la obra.
El cartel fue la excusa para que cualquier persona pueda encontrarme, tomando como formato de cartel de trabajo colgado en un poste.
Así, se fue formando la idea de una primera frase que hice al principio, que era “se vende mi Instagram. @nandon”, haciendo que este mismo cartel con esta propuesta un poco se camufla con la otra cartelería de la ciudad, con este tema de la venta. La frase la empecé a poner a finales del 2018, luego lo continué en el 2019 y después fue variando con otras frases.
Intervenciones
– ¿Intervenir así la ciudad busca generar una especie de provocación o cuestionamiento del público?
– Sí. Creo que no fue tan buscado al principio, pero ahora al ver la respuesta que tiene, es inevitable querer generar eso y jugar a través de eso porque, las personas lo ven y provoca cosas. Siempre trato de que genere alguna provocación y también un cuestionamiento. Por más que no lo busque, es algo que inevitablemente pasa.
– ¿Llevas la cuenta de cuántos carteles colgaste?
– No llevo la cuenta de todos los carteles que colgué. Deben ser miles. Muchos, muchos.
– ¿Hay una búsqueda de sentido en la frase con la elección del lugar?
– Sí, cada vez trato de que sea más así. Hay veces que salgo con ciertos carteles con alguna frase que no me terminan convenciendo para el lugar a los que voy así que, me termino volviendo con los mismos carteles. A veces, es algo más instantáneo, estoy en un lugar y hay una frase que pega justo y se le da un marco. Me pone muy contento cuando las dos cosas fluyen, le dan un sentido más fuerte a la intervención.
Buscando respuestas
– ¿Tienen continuidad la lectura de las frases?
– Por ahora, no. Están muy mezcladas, pero, siempre trato de que lleven un hilo. Igualmente, no es que empieza una y continúa otra, sino que, se pueden leer aleatoriamente.
– ¿Siempre son con la misma tipografía y estilo o solo es el concepto del mensaje? ¿Por qué?
– Un poco por comodidad. Siempre trato de quedarme en un espacio en el que no me requiere mucho esfuerzo continuar y creo que, estos colores y esta tipografía, son lo que más cerca tenía a mi disposición y a mi facilidad para hacer algo sin volverme loco y hacer algo disfrutándolo. Antes hacía cosas que me gustaban, pero, tenían ese enrosque en el que se me complicaba para hacerlo. Esto lo hago con facilidad y además, fue generando un mismo concepto con estos colores y ahora trato de jugar con eso y agarrarme más de la idea de mantenerme con los colores y que generen una especie de marca.
– ¿Creés que en cierta manera esas palabras pueden modificar ese momento del dia de una persona?
– Sí, totalmente, porque también la gente me lo dice y eso ya es una confirmación muy dada y me alegra mucho que eso suceda. Recibo mensajes de que leyeron el cartel a la mañana y fueron a trabajar con otra cara o se quedaron pensando durante todo el día eso que leyeron.
Más si son personas que lo ven en grupo y se quedan hablando entre ellos. Esos disparadores son muy importantes y también es una gran responsabilidad de no andar poniendo cualquier cosa, la gente absorbe lo que ve y se lo queda. Por eso, siempre trato de pensar las cosas, que tengan una cierta ambigüedad para que no vaya a algo específico sino que abra a la libre interpretación. Son frases que intentan abrir la reflexión. A veces, cuando alguien se encuentra con una intervención capaz lo llevan a algo más político o partidario y cuando decís que tiene que ver a una obra de arte, la gente se relaja mucho y lo puede tomar más tranquilamente.
Visibilizar
– Arrancaste con tu frase “vendo mi Instagram”, ¿Cómo surgió? ¿Te ofrecieron algo por ella?
– Surgió por la problemática de los artistas que queremos poner en visibilidad nuestro trabajo y surgió como una emergencia, como una excusa, un chiste y un montón de cosas.
La construcción de la idea se iba dando por los mensajes de la gente. El público intervenía y había un ida y vuelta.
La gente me preguntaba el precio y yo les daba un precio extremadamente caro y lo tomaban para la risa.
Sí, especialmente le di esta vuelta con el de “vendo mi Instagram”, porque, lo que se vendía no era la cuenta con los seguidores, también igual sí, pero lo que se vendía era el contenido. Algo distinto por lo que una persona querría comprar una cuenta de Instagram. Darle valor a este formato digital, que no es tangible y es sin un orden claro, pero la puesta en valor era el contenido. Las historias, los chats, mi vida personal.
– ¿Qué relación tiene tu Instagram con los carteles? ¿Se sigue el mensaje?
– Es el formato en el que más cómodo me sentí y por más de las desventajas que tiene esa red social, con la censura y las limitaciones entre lo que queremos mostrar y lo que se puede ver, todo se expande ahí. Las personas ven el cartel y dentro del Instagram tiene más capas y más profundidad del concepto, más interacción y hasta se da eso del día a día.
Confluyen muy bien las dos cosas. Más que nada, porque es imagen y texto y es algo que le gusta mucho a la plataforma. Algunas cosas se viralizan muy rápido y es donde más puedo crecer.