Será a través de una tecnicatura que se dictará en Balcarce. La ciudad serrana albergará uno de los Centros de Integración Territorial Universitaria que forman parte del Programa Puentes.
Por Hugo Palavecino
Viñedos, bodegas y vinos. Mar del Plata, Balcarce y Tandil cumplen con los tres requisitos, y muy pronto se sumarán otros proyectos en Comandante Nicanor Otamendi y Villa Gesell. Y pronto sumarán un cuarto: la carrera de enología. Será a través del Proyecto Puentes, la iniciativa del Gobierno provincial que busca garantizar el acceso a la educación superior en los distritos del interior bonaerense.
En los últimos días, el intendente de Balcarce, Esteban Reino, firmó un acuerdo con Carlos Bianco, jefe de Asesores del Gobernador, para comenzar la construcción de un Centro de Integración Territorial Universitaria (CITU), anexo al Museo Histórico Municipal balcarceño, que contará con un aula con capacidad para cuarenta estudiantes provista de equipamiento tecnológico y mobiliario, áreas de servicios y administrativa, y acceso con circulación al edificio del museo.
Tanto las autoridades municipales como las provinciales informaron que gestionan el dictado de la Tecnicatura Universitaria en Enología, impartida por la Universidad Tecnológica Argentina (UTN).
Alcance de la carrera de enología
Colaborar en la interpretación y supervisión de ensayos de materias primas, insumos, materiales de proceso, emisiones y cuidado del medio ambiente y ordenar las acciones correctoras para garantizar los niveles de calidad establecidos en el sector vitivinícola.
Colaborar en la interpretación y supervisión de análisis físicos, químicos, físico-químicos y microbiológicos.
Participar en la implementación de sistemas de seguridad en el trabajo, control de calidad y reabastecimiento de material técnico en el sector vitivinícola.
Interpretar las definiciones estratégicas propuestas por los estamentos jerárquicos y/o profesionales en plantas, laboratorios, fraccionamiento y elaboración de vino.
Controlar la calidad y elaborar vinos, mostos y otros derivados de la vid mediante técnicas y procedimientos previstos en la normativa vigente.
Controlar los índices de maduración de la uva y los procesos que implican la realización de muestreos.
Colaborar en la supervisión del funcionamiento de equipos e instalaciones de bodega en su mantenimiento, limpieza y desinfección.
Colaborar en la logística de la industria vitivinícola organizando y controlando los aprovisionamientos del almacén de suministros para la producción, expedición y el transporte de materias primas y/o productos terminados.
Una región productora
Mar del Plata, Balcarce, Tandil y otras ciudades de la región se han convertido en el último tiempo en referentes del vino en la provincia de Buenos Aires e incluso a nivel país y han llegado a restaurantes y vinotecas de Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña y Francia, entre otros países.
En Mar del Plata, por caso, hay dos bodegas y tres viñedos. Por un lado están los vinos de la bodega Trapiche Chapadmalal y sus vinos Costa y Pampa que han logrado grandes puntajes a nivel internacional e incluso forman parte de la carta de uno de los mejores restaurantes del mundo, Mirazur (Francia). Sin olvidar que son referentes del enoturismo en la zona. Castel Conegliano es el proyecto más joven en la parte de atrás de Sierra de los Padres, que lanzó al mercado su portfolio de vinos a principios de año y está construyendo una bodega y restaurante.
En Balcarce, en tanto, hay una bodega y tres viñedos plantados. El proyecto más conocido es Puerta del Abra donde se elaboran los vinos Insólito, que ya han llamado la atención de los principales críticos internacionales. Hay un segundo proyecto cuya bodega y vinos estarán disponibles al público en 2023. Y hace un mes se plantó un tercer viñedo, cuyos propietarios ya están trabajando en el diseño de una bodega y espacio gastronómico. Hay por lo menos tres proyectos más cerca de concretarse, uno de ellos -dicen- será muy importante.
En Tandil hay una bodega y varios viñedos, cada vez más. Por ahora Cordón Blanco, el proyecto de los hermanos Matías, Valeria y Mariano Lucas, es el único productor de vinos que ha trascendido las fronteras de la ciudad serrana. Sin embargo, se han sumado nuevos jugadores y pronto habrá más etiquetas y vinos para conocer.
Hay otros dos proyectos pequeños en Comandante Nicanor Otamendi (en el partido de General Alvarado) y Villa Gesell. En uno y otro hay plantado Pinot Noir. El gesellino hizo su presentación a comienzos de año aunque aún no se comercializa, en tanto que el otamendino tendrá su primera vendimia en 2023.
Pronto también habrá novedades en el Partido de la Costa, cuyo municipio firmó un acuerdo con la Corporación Vitivinícola Argentina, que preside José Alberto Zuccardi, para impulsar el desarrollo de viñedos en el distrito.
A principios del siglo XXI era impensado creer que en la región podrían producirse vinos, al menos de calidad. Hoy son una grata realidad. Y pronto se sumará la posibilidad de formar a los/as hacedores/as de vinos. Eso sí parecía imposible o sin sentido. Hoy ya no.