Los consumos culturales casi siempre siguen la evolución de la tecnología. Una excepción a la regla son los vinilos: una forma de volver a abrazar lo analógico que es tendencia entre los jóvenes.
Por Ian Punter
En una era dominada por la tecnología, los discos de vinilo han resurgido como un formato de música preferido por muchos, incluyendo a las nuevas generaciones. Introducidos en la industria musical en 1948, estos discos de material plástico (cloruro de polivinilo o PVC) se han mantenido vigentes, superando la prueba del tiempo y adaptándose a los cambios en el consumo de música.
En los últimos años, los discos de vinilo han experimentado un resurgimiento significativo. Por ejemplo, la industria fonográfica británica reportó que la producción y venta de discos de vinilo alcanzaron su nivel más alto en 30 años, con más de 5 millones de copias vendidas en el Reino Unido en un año reciente. En Argentina, los vinilos han crecido en facturación del 15 % en 2018 al 57,9 % en 2020, a partir de datos de la Cámara Argentina de Productores de Fonograma y Videogramas (Capif).
¿Por qué comprar vinilos? (estadísticas de la encuesta “Engaging With Music 2023”- IFPI)
- Me gusta coleccionar discos: 24 %
- Me gusta poseer música en formato físico: 22 %
- Me gusta el ritual del vinilo: 19 %
- Me gusta tener discos de vinilo a la vista: 19 %
El COVID-19 y el resurgimiento de la tendencia
Los vinilos ya no son únicamente reliquias del pasado. Se encuentran disponibles tanto en reediciones de clásicos como en lanzamientos contemporáneos de artistas populares. Esta combinación de lo viejo y lo nuevo ha asegurado que el vinilo continúe siendo relevante y atractivo para una amplia variedad de públicos.
Desde Bacap hablamos con Francisco, músico y consumidor regular de vinilos: “Me tengo que sentar a escuchar; distinto a las plataformas digitales, que al tener tanta accesibilidad hago cosas mientras escucho la música de fondo”. Cuando consultamos sobre la forma en la cual elige el vinilo a la hora de comprarlo, Francisco comentó que “Depende, va de la mano de cómo se grabó”.
Francisco prefiere comprar vinilos que fueron pensados para lanzarse en ese formato, por lo que la forma de grabarlo es a través de cinta, no de forma digital. El punto de este diferencial es la fidelidad al formato de vinilo.
Por otro lado, Germán Rubino, un artista independiente de la ciudad, se refiere a los vinilos como “un ritual”. “Me obliga a sentarme a escuchar”, afirma. También se refirió a que las nuevas tecnologías hacen que la música este de fondo: “Estoy perdiendo ese algo que me hizo enamorarme de la música”.
El artista reconoce el alto precio de los vinilos nuevos, por eso se inclina a comprar en ferias, como la ubicada en la Plaza Rocha “Polaco Discos”. Otra opción son los regalos de familiares y amigos que tienen vinilos como mera antigüedad “juntando polvo”. Los precios de los vinilos nuevos rondan entre los 40 mil y los 120 mil pesos argentinos. Por la mitad de ese precio, se puede conseguir más de un vinilo en una feria.
¿Qué sucede en las casas de vinilos?
Para ahondar en este resurgir hablamos con Martín, quien trabaja en “Planet Music”, un local de venta de vinilos de Mar del Plata (ubicado en La Rioja 1714). Entre los géneros más vendidos se encuentra el Pop/Rock Internacional.
Las edades de los clientes varían: “Hay de todas las edades, pero los clientes que compran más vinilos son los que van de los 40 a los 60 años”. Sobre el retorno de esta forma de consumo, señaló: “En realidad no se dejó nunca de consumir, lo que pasó en Argentina es que el argentino está muy acostumbrado a no pagar por la música que escucha”. El consumo siempre estuvo en “una pequeña parte de la población”.
https://youtu.be/_ZKscxpWC2c?si=r4B4bnPf5rmMbsEO
Los discos más vendidos actualmente en Argentina son:
- Artaud- Pescado Rabioso (1973)
- Clics Modernos- Charly García (1983)
- La grasa de las Capitales- Serú Girán (1979)
Lo curioso de esta lista es que ninguno de los anteriormente mencionados son discos nuevos. En realidad, son reediciones de discos míticos, los cuales fueron remasterizados para tener un volumen acorde al estándar actual. Ante esta curiosidad, Martín dijo: “Los artistas de ahora no le gustan a la gente” y añadió: “Todo lo que se fabrica y se vende son discos, mayormente, que tienen más de diez años”.
¿Cómo se confecciona un vinilo?
El proceso de fabricación de un disco de vinilo es complejo y fascinante, involucra varias etapas clave. El paso a paso en una de las principales fábricas de discos de vinilo en Argentina, Laser Disc, es el siguiente:
- Transformación del archivo digital: el proceso comienza con la conversión del archivo o master digital en un acetato, que es el primer master físico.
- Creación de las placas: desde el acetato se generan las placas que se bañan en níquel y se someten a un proceso electroquímico para obtener los estampadores. Estos estampadores, uno por cada cara del disco, tienen los surcos en negativo.
- Compresión del vinilo: las prensas comprimen una «galleta» de plástico (cloruro de polivinilo o PVC) a unos 140 grados para darle la forma del disco, incluyendo los surcos. Luego, se corta y elimina la rebarba sobrante, que se recicla para fabricar más discos.
- Impresión de etiquetas: las etiquetas del disco se imprimen con tintas importadas especiales que pueden resistir altas temperaturas. Es crucial permitir un tiempo adecuado para el secado de estas tintas.
- Control de calidad: cada disco pasa por un control de calidad riguroso antes de ser ensobrado en su bolsita interna y en su tapa de cartón.
En el caso de Laser Disc, la fábrica opera tanto con prensas automáticas como semiautomáticas, y tiene capacidad para producir unos 6.000 discos al día. Este proceso minucioso y artesanal asegura la calidad y durabilidad del producto final, manteniendo viva la magia del vinilo en la era digital.
Perspectivas a futuro
El renacimiento del vinilo parece estar lejos de ser una moda pasajera. Con un mercado en expansión y una demanda creciente, tanto local como globalmente, el vinilo se ha consolidado como un formato valioso y perdurable en la industria musical.
Empresas y artistas siguen apostando por este medio, y su futuro se vislumbra prometedor, tanto en términos de producción como de consumo.