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febrero 21, 2025
bioplásticos
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Científicos estudian cómo producir bioplásticos a partir del tratamiento de efluentes del puerto

Un grupo marplatense investiga la biodegradación de aguas residuales del puerto de Mar del Plata y su posible utilización para producir bioplásticos. El proyecto recibirá financiamiento de la CIC.

Por Agustín Casa
Un equipo científico marplatense trabaja en la biodegradación de efluentes oleosos del puerto de Mar del Plata y su potencial uso para la producción de bioplásticos. La línea de investigación es uno de los siete proyectos marplatenses que recibirán financiamiento de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires (CIC), a partir de la convocatoria Ideas-Proyecto de Investigación, Desarrollo y Transferencia – Soluciones Científico-Tecnológicas para Áreas del Gobierno Provincial 2024-25.
 
La iniciativa prevé la producción de bioplásticos a partir del tratamiento de efluentes oleosos. “El proceso se basa en el uso de microorganismos capaces de biodegradar la materia orgánica oleosa presente en los efluentes de industrias locales, como las pesqueras y gastronómicas del puerto de Mar del Plata. Estos microorganismos metabolizan los residuos orgánicos y, en condiciones específicas, acumulan biopolímeros en sus células, como los polihidroxialcanoatos (PHAs), que son un tipo de bioplástico biodegradable. Este enfoque integra el tratamiento ambiental con la valorización de los residuos, transformándolos en un material con valor agregado”, cuenta a Bacap  Silvia Elena Murialdo, doctora en Ciencias Biológicas, investigadora principal de la CIC, directora del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Ambiente (INCITAA-CIC) de la Facultad de Ingeniería de la UNMDP y profesora de la misma casa de estudios.
biodegradación de efluentes
De izquierda a derecha, se observa cómo con los microbios se reducen las emulsiones oleosas y se clarifica el efluente.
La especialista destaca que “el proyecto se enfoca en el desarrollo de un consorcio microbiano compuesto por cepas autóctonas, aisladas directamente del ambiente portuario de Mar del Plata, y cepas comerciales previamente estudiadas”. Asimismo, afirma que “los microorganismos autóctonos son clave porque están adaptados a las condiciones locales y tienen una alta eficiencia en la degradación de la materia orgánica presente en estos efluentes”.
 
“Estos consorcios (de microbios) se seleccionarán cuidadosamente por su capacidad para tolerar la alta carga orgánica oleosa y su habilidad para acumular PHAs”, agrega Murialdo, directora del proyecto de investigación. La codirectora es la doctora en Ciencias Karina Herrera Seitz, quien lidera el estudio de producción de bioplásticos.
 
Grupo de investigación
El equipo de trabajo del Grupo de Ingeniería Bioquimica del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Ambiente (INCITAA).
Según la investigadora, el proceso que llevan adelante en este trabajo aborda múltiples problemáticas ambientales y operativas. Entre ellas, «la reducción de obstrucciones en el sistema de cañerías urbanas causadas por la acumulación de aceites y grasas provenientes de efluentes industriales y gastronómicos, la mitigación de la contaminación ambiental al reducir el contenido del vertido de efluentes sin tratar en el puerto y sus alrededores, y el fomento de la economía circular al transformar residuos en bioplásticos -un material con alta demanda y menor impacto ambiental que los plásticos convencionales-”.
 
En esta línea, la bióloga señala que los beneficios incluyen la mejora en la calidad del agua tratada, el desarrollo de tecnologías transferibles para la industria local, y la promoción de un modelo más sostenible que combina innovación científica y compromiso ambiental.
Silvia Murialdo
La bióloga e investigadora de la CIC, Silvia Murialdo, dirige el proyecto de investigación.
 
Sobre la potencial utilidad de los bioplásticos que se produzcan, Murialdo comenta que usualmente se emplean como sustitutos biodegradables de plásticos derivados del petróleo en la industria de envases, para la fabricación de suturas, implantes y cápsulas biodegradables en el sector médico, para la producción de películas para cobertura de cultivos y liberación controlada de fertilizantes en el sector agrario, y para envases seguros y compostables en la industria alimentaria.
 
«Estos materiales se degradan naturalmente en el ambiente, lo que reduce significativamente la acumulación de residuos plásticos en el ecosistema. Además, un bioplástico, como los PHAs, puede degradarse en el ambiente hasta diez veces más rápido que un plástico convencional derivado del petróleo, reduciendo significativamente su impacto ambiental”, subraya.
 
Por último, asegura que, además de buscar soluciones para una problemática ambiental, el proyecto se propone abrir nuevas oportunidades industriales en la ciudad.

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