La industria pesquera argentina enfrenta uno de sus momentos más críticos, luego de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) revele un desplome sin precedentes en la actividad marítima. Según el informe oficial, la producción de pesca en julio de 2025 registró una dramática caída del 82,8% en comparación con el mismo mes del año anterior. La cifra ha encendido las alarmas en el sector, que busca explicaciones para este descenso histórico.
El dato, que forma parte del Índice de Producción Industrial (IPI) del sector pesquero, contrasta fuertemente con la leve recuperación mensual. El informe del INDEC también señala que la actividad creció un 8,6% respecto a junio de 2025, un rebote que, sin embargo, no logra mitigar el golpe de la abrupta caída interanual. Este comportamiento errático refleja un escenario de alta incertidumbre para la industria.
Un sector en alerta: ¿Qué hay detrás de la caída?
La cifra de casi el 83% de contracción interanual ha generado gran preocupación entre los actores del sector. Si bien el informe del INDEC no profundiza en las causas del fenómeno, expertos y referentes de la industria señalan una combinación de factores que podrían explicar el magro desempeño. Entre las principales hipótesis se barajan las variables biológicas y ambientales , como la disminución de la biomasa de especies clave o el cambio en sus rutas migratorias. A esto se suma el impacto de condiciones climáticas adversas que habrían dificultado las operaciones de las flotas en las aguas del Atlántico Sur.
Además de los factores naturales, se analizan las cuestiones económicas . La rentabilidad de las empresas se ve afectada por el aumento en los costos operativos, especialmente el precio del combustible y la falta de competitividad en los mercados internacionales. El parate de las flotas en los muelles de Mar del Plata, principal puerto pesquero del país, se convierte en una postal de la crisis que atraviesa la industria.
Impacto en la cadena de valor y el empleo
La fuerte contracción en el volumen de pesca tiene un impacto directo en toda la cadena de valor del sector. Desde los armadores y trabajadores de barcos pesqueros hasta las plantas de procesamiento en tierra, los efectos de la baja producción se sienten en la economía de ciudades como Mar del Plata, Puerto Madryn y Ushuaia. Los sindicatos del sector han expresado su preocupación por la estabilidad laboral de miles de trabajadores, ante la posibilidad de que la crisis se profundice en los próximos meses.
A pesar de la caída interanual, el pequeño repunte del 8,6% en la comparación mensual genera una tenue esperanza. Las empresas y gremios miran de cerca los datos de agosto y septiembre, a la espera de una reversión de la tendencia. El desafío ahora es definir y aplicar medidas que permitan reactivar el sector y garantizar su sostenibilidad a largo plazo. La publicación de los próximos informes del INDEC será clave para entender si la crisis de julio fue un hecho aislado o el síntoma de un problema más profundo.