20.7 C
Mar del Plata, AR
noviembre 21, 2024
Lo de Acá

El señor del calendario: «Es un orgullo cuidar este símbolo de la ciudad»

Desde hace un año Gerardo Mata tiene la responsabilidad de renovar y mantener el calendario de la Plaza San Martín. Llueva, truene o haga calor, con granza, polvo de ladrillo, agua, un fratacho y dedicación, cuida este espacio paradigmático de la ciudad que, diariamente, es elegido por cientos de personas para fotografiarse.

Por Claudia Roldós

Llueva o truene, haga frío o haga calor, cada mañana, Gerardo Mata renueva la fecha del calendario floral de la Plaza San Martín de Mar del Plata. Con granza, polvo de ladrillo, agua, un fratacho, paciencia y dedicación, lleva adelante una tarea artesanal clave para la ciudad: el mantenimiento de un lugar paradigmático que, diariamente, es elegido por cientos de marplatenses y turistas para tomarse fotografías.  

Mata asumió esa responsabilidad hace un año, cuando a partir de la declaración de la pandemia en Argentina, debió suplantar a su compañero Hugo Perea, quien realizó esa tarea durante más de 30 años y a quien reemplazaba durante sus vacaciones. 

“Es un orgullo cuidar este símbolo de la ciudad” dijo Mata a Bacap, en una charla en la que contó que actualizar el calendario es “lo primero que hago, cuando entramos, a las 6 de la mañana” sostuvo. 

Mata es empleado del área de Espacios Verdes del Emsur desde hace 13 años y forma parte del equipo de placeros que mantiene las cuatro manzanas que componen la Plaza San Martín, la principal de la ciudad. 

“Es un trabajo tranquilo, al aire libre que me gusta mucho” contó el hombre. Sobre los detalles de la tarea en el calendario recordó que “antes se hacía por la noche, pero por el tema del vandalismo, empezamos a hacerlo a la mañana. Solo las personas que viven en la zona, o que pasan a trabajar muy temprano, me ven hacerlo. En invierno es más solitario, en verano suele pasar un poco más de gente. Ya nos conocemos, nos saludamos y cada cual sigue con lo suyo”.

¿Cómo es el trabajo?

El trabajo básico en el espacio es cambiar el nombre y el número del día de la semana. Con cada cambio de mes, debe renovar también las letras pero -y lo recuerda con una sonrisa- el cambio que más satisfacción le dio fue este primero de enero, cuando retiro el 0 de 2020 y formó el 1 de 2021. “Fue como dar vuelta la página del año tan difícil que habíamos tenido todos. Simbólicamente fue como haber cerrado ese año complicado y estuvo muy bueno. Esperemos que este año sea mejor y podamos volver a la vida normal” deseó. 

Mata en pleno trabajo en la plaza San Martín. Foto: Mauricio Arduin.

“Acomodar la granza, rellenar los contornos con el polvo de ladrillo, asentarlos y regarlos para que queden bien rojos” son los pasos básicos del trabajo al que, en los cambios de estación se suman la renovación de las plantas y plantines, como en el resto de la plaza. 

En los minutos que dura la charla con Mata, una decena de grupos se acercan para tomarse su foto en el calendario. Algunos no se contienen e intentan saltar la cerca blanca que delimita el calendario. Alguien grita que no se puede y los visitantes acatan, fotografiándose desde la vereda. “Es permanente” sostiene el placero sobre esta situación y asegura que le da “impotencia!” cuando ve que no respetan el límite de paso “porque es un efecto contagio, salta uno y quieren saltar todos” y, como consecuencia, el polvo de ladrillo se desparrama, la granza se afloja y “queda desprolijo”.

La imagen de la ciudad

Es que el calendario es una imagen paradigmática de la ciudad y, según Gerardo, “es de todos, igual que la plaza. Queremos que siempre esté lindo, que sea un paseo agradable, tanto para los que vivimos en Mar del Plata como para quienes vienen de visita”. 

Mata es uno de los cinco placeros de la Plaza San Martín y que se ocupan de la limpieza, poda y del mantenimiento del césped y los canteros.

La clásica selfie en el calendario floral. Foto: Mauricio Arduin.

“Es una plaza de mucho tránsito, el trabajo es constante porque hay muchísimos cestos de basura, pero la gente no los usa, por eso dedicamos mucho tiempo a la limpieza. Comenzando por las zonas de más movimiento, los laterales y, luego, el interior” contó. Pero reconoció que las épocas más lindas son “a principios del verano y del invierno,cuando renovamos todos los plantines de los canteros”.  

Y resumió que la tarea, para él, no es solo un trabajo. “Es un orgullo, una satisfacción, que se note que toda la plaza está linda, mantenida, limpia, incluido el calendario”.

Últimas Notas

Once vinos para descorchar y sorprender a mamá

Hugo

Hospice: humanizar el fin de vida, cuidando y acompañando

Martin

Microteatro en verano: obras de 15 minutos, todos los días, con 23 opciones para elegir

redaccion

Deja tu comentario