Son los órganos encargados de filtrar la sangre y eliminar los desechos sobrantes a través de la orina.
La Sociedad Argentina de Nefrología y sus Grupos de Trabajo de Nutrición y de Nefropediatría comparten recomendaciones para el cuidado de los riñones tanto en adultos como en niños, ya que en esta época del año es frecuente que las familias opten por una dieta distinta que incluye comidas más “livianas” en el hogar o bien platos preparados en puestos de comida o restaurantes. Pero, al mismo tiempo, no hay que perder de vista que el cuerpo necesita tomar más agua por la sed y el calor.
La sed es el regulador natural que advierte de la necesidad de ingerir líquido, entonces, un adulto sano en condiciones normales toma habitualmente la cantidad de líquido necesaria para su organismo en su ingesta diaria. Si su organismo requiere más de lo que está recibiendo, lo alertará a través de la sed.
El punto de partida para que los riñones funcionen correctamente es una buena hidratación. “El organismo requiere de la cantidad de líquido necesaria que permita que el riñón haga su trabajo de filtrar toxinas y además se reponga la pérdida de agua producida por la transpiración, la orina y las heces. Esto suele suplirse simplemente con las comidas y bebidas que ingerimos en el día, sin necesidad de agregar mucho más”, afirma el Dr. Guillermo Rosa Diez, presidente de la SAN y jefe del servicio de Nefrología del Hospital Italiano.
Es importante aclarar que cuando se hace referencia a beber líquidos, no sólo es agua sino que incluye a todas las bebidas y alimentos que se consumen y que la contienen, como frutas y verduras, leche, infusiones, sopa, etc.
Cuidar la ingesta de sal
Entonces, ¿qué hay que tener en cuenta para cuidar la salud renal? En primer lugar, la SAN propone cuidar la ingesta de sal. No sólo la sal que se usa del salero, sino también aquella contenida en productos ultraprocesados, ya que su consumo excesivo no sólo aumenta la presión arterial (que a largo plazo puede llevar a problemas renales), sino que va a dar más sed. En este sentido, la Lic. en Nutrición Romina Philippi (MN 5475), miembro del Grupo de Trabajo de Nutrición de la Sociedad Argentina de Nefrología, sugiere “elegir alimentos preparados de forma casera y condimentar con hierbas aromáticas”.
Hidratación
En segundo lugar, ¿qué se puede beber para una hidratación correcta? Muchas veces las bebidas muy azucaradas pueden provocar más sed. A su vez, un consumo excesivo de éstas se asocia con un riesgo elevado de obesidad y diabetes, ambos factores de riesgo para la enfermedad renal.
“Lo ideal es hidratarnos con agua segura o potable, que podemos saborizar de forma casera. Por ejemplo, con rodajas de limón, lima, naranja, hojas de menta, albahaca o perejil, con rodajas de jengibre o pepino, entre otras opciones”, aconseja la Lic. Philippi.
Para una buena hidratación también son excelentes aliados las frutas y las verduras frescas. Siempre hay que asegurarse, principalmente si se van a consumir crudas, de que estén bien lavadas y sanitizadas con lavandina apta para alimentos (para esto va a ser importante leer el rótulo y preparar la solución sanitizante según las instrucciones del fabricante).
Síndrome Urémico Hemolítico
La Lienciada Philippi explica que “hay enfermedades transmitidas por alimentos que pueden causar enfermedad renal principalmente en niños, como es el caso del Síndrome Urémico Hemolítico (S.U.H.). Por ende, en esta época de calor se vuelve fundamental que respetemos no sólo la higiene de los alimentos sino también la higiene de manos, la cadena de frío, consumir solamente lácteos o jugos de frutas comerciales previamente pasteurizados y, en el caso de la carne, consumirla bien cocida y de lugares de procedencia seguros, evitando la ingesta de carne picada en menores de 5 años”.
“También -continuó- es importante evitar la contaminación cruzada, por ejemplo, utilizando una tabla para vegetales y otra para las carnes; no utilizando los mismos utensilios para alimentos crudos que para cocidos, entre otras medidas preventivas”.
La importancia de beber agua
¿Qué sucede si el organismo no está hidratado correctamente? “Cuando se toma poca agua, los riñones trabajan y se exigen más. Hay una disminución de la filtración del riñón limitando su capacidad de eliminación de toxinas. En situaciones extremas puede llevar a una insuficiencia renal aguda”, observa el Dr. Guillermo Ibañez, (MN 97795), nefrólogo en el Hospital Regional R. Carrillo de Santiago del Estero y miembro de la comisión directiva de la SAN.
Bebés y adultos mayores
Los bebés y personas mayores son los grupos a quienes hay que prestarles más atención, ya que son más vulnerables a la deshidratación y el mecanismo de regulación de la sed funciona menos ajustadamente. “Esto no significa estar todo el día bebiendo agua por las dudas, sino por ejemplo, en caso de saber que esa persona perdió líquido, reponerlo aunque no tenga tanta sed”, aclara el Dr. Rosa Diez.
Desde la SAN se aconseja tomar más líquido en días de mucho calor, luego de una actividad física intensa o en casos de fiebre, diarrea o vómitos, ya que su pérdida es mayor. “Como medida preventiva, en algunos pacientes con enfermedades se aconseja tomar más agua, por ejemplo en las personas con tendencia a tener infecciones urinarias o cálculos renales (aunque no en la etapa aguda, cuando el síntoma está instalado, porque podría aumentar el malestar).
Por el contrario, hay otras enfermedades donde la ingesta de líquido está restringida o debe ser controlada, como es el caso de pacientes con insuficiencia cardíaca o con insuficiencia renal avanzada, quienes requieren la consulta con el médico de cabecera que les dirá cuál es la medida adecuada”, enfatiza Rosa Diez.
En los adultos mayores particularmente se sugiere que la hidratación adecuada se realice hasta las 18 horas, y luego limitarse a ingerir el líquido necesario para acompañar a la alimentación o ingesta de algún medicamento, para evitar que el adulto mayor se levante de noche a orinar con el riesgo concomitante de caídas.
Los mareos, el cansancio, el dolor de cabeza, la debilidad o la somnolencia son síntomas de deshidratación y puede llegar a afectar el rendimiento físico, la capacidad cognitiva, la termorregulación e incluso a alterar la función cardiovascular.
Consultas frecuentes
Desde la SAN se observa que las consultas más frecuentes en esta especialidad durante el verano son la deshidratación en aquellos pacientes que están tomando diuréticos y que no se están hidratando adecuadamente; pacientes con cólicos renales que padecen de cálculos renales y no se hidratan adecuadamente; e hipotensión (presión baja) en personas hipertensas que están con medicación antihipertensiva, que puede deberse también a una baja hidratación o que requieran disminuir la dosis de antihipertensivos ya que en verano como resultado de la vasodilatación por el calor la presión normalmente baja. Es por ello que se requiere la consulta médica para los ajustes que merezcan.
Como última recomendación, es importante prestar atención a la aparición de cualquier síntoma como los mencionados, y ante cualquier duda, consultar al médico de cabecera, quien hará las indagaciones de antecedentes y pedirá testeos para poder diagnosticar precozmente cualquier enfermedad renal. Tres simples estudios como el uso de la creatinina en sangre, un examen de orina y una ecografía renal permite diagnosticar las enfermedades renales y derivar la consulta a un especialista en riñón, es decir, un nefrólogo.
SUH asociado a STEC
Esta enfermedad se caracteriza por manifestarse en primera instancia con diarrea. Puede provocar daño en varios órganos, siendo el riñón uno de los más afectados, como así también causar la muerte de quien la padece.
El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es muy frecuente en nuestro país, especialmente en niños menores de 5 años, afectando a 12,2 niños por cada 100.000 menores de 5 años, siendo estos valores tres veces más elevados que los observados en Latinoamérica y el resto del mundo. Puede afectar también a niños de mayor edad (1)
“La enfermedad se genera al tomar contacto con una bacteria llamada Escherichia Coli (E.C) que produce una toxina llamada Shiga Toxina (STEC), la bacteria más frecuente en nuestro país. Los principales reservorios (lugar en donde viven estas bacterias) son el ganado vacuno, ovino, animales de granja y roedores”, explica la Dra. Alicia Fayad (MN 72470), nefróloga pediátrica, Coordinadora del Grupo de Trabajo de Nefropediatría y del Comité de Investigación y Nefrología basada en la evidencia de la SAN, y médica de Staff del Servicio de Nefrología del hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
¿Cómo se produce la enfermedad en los niños?
. La incorrecta manipulación de los alimentos (carnes), contaminandolos.
. Tocar los alimentos con las manos sin la higiene previa adecuada (trasmisión persona a persona).
. Apoyar/utilizar elementos de cocina que tuvo contacto con carne cruda y luego carne cocida, verduras u otros alimentos, lo que se denomina contaminación cruzada, por ejemplo: utensilios o la misma tabla de cocina para carnes crudas, cocidas y verduras sin el lavado adecuado previo a cada uso.
. Insuficiente cocción de los alimentos, especialmente carne picada.
. Ingerir agua no potable, lácteos no pasteurizados y/o bañarse en aguas contaminadas
Síntomas
Al ingerir los alimentos contaminados con la bacteria, dentro de las 24-48 horas, el niño comienza con diarrea habitualmente con “estrías” de sangre, dolor abdominal, vómitos, fiebre; luego pueden presentar palidez (secundaria a anemia aguda), disminución en la producción de orina por daño renal y alteración del estado de conciencia (daño a nivel del sistema nervioso central), convulsiones y en los casos más graves coma y muerte.
Todo niño con esta enfermedad habitualmente requiere internación.
La Dra. Fayad afirma que “una vez que la bacteria ingresó, liberó su toxina e inició su acción deletérea en distintos órganos no hay una medicación específica que impida la evolución de la enfermedad. Por eso, si hay anemia se trata mediante transfusión de sangre; si el daño renal es severo se indica diálisis, acompañando de esta manera la evolución de la enfermedad que es variable en tiempo y severidad para cada niño”.
Teniendo en cuenta la elevada incidencia de la enfermedad en nuestro país, la Dra. Fayad advierte que “es importante que ante la presencia de diarrea especialmente con sangre, en niños menores de 5 años consultar al médico de cabecera, quien mediante el interrogatorio podrá determinar antecedentes. El profesional realizará un examen físico para observar signos y síntomas que permitan o no sospechar la enfermedad y mediante pruebas de laboratorio simples como hemograma, creatinina, orina completa y búsqueda de E. Coli en materia fecal, confirmar el diagnóstico y conducta a seguir”.
Consejos a tener en cuenta para prevenir el SUH asociado a STEC:
● Lavarse siempre y bien las manos con agua y jabón antes de comer o preparar alimentos y/o después de tocar alimentos crudos.
● Cocinar bien las carnes. No deben tener color rosado ni ser jugosas por dentro, ya que la bacteria que causa la enfermedad muere solo por acción del calor, con una cocción a más de 72 °C. Tener especial cuidado con la carne picada.
● Consumir y ofrecer únicamente lácteos pasteurizados.
● Beber, cocinar o lavar los alimentos, usar solo agua potable. Si existen dudas, agregar 2 gotas de lavandina por litro media hora antes de usarla o lo que indique el envase.
● Usar diferentes superficies para picar y distintos utensilios de cocina, para los alimentos crudos y cocidos, a fin de impedir la contaminación cruzada. Evitar las mesadas y tablas de madera.
● Mantener la cadena de frío de los alimentos.
● Bañarse en aguas recreacionales seguras.
¿Por qué debemos contribuir a la prevención de la enfermedad?
Porque estos niños, sanos previamente, al tomar contacto con la bacteria y desarrollar el SUH -según la severidad del cuadro en la etapa aguda- presentarán grados variables de daño renal. Un porcentaje de niños evolucionará a enfermedad renal crónica, diálisis y plan de trasplante renal.
Actualmente, según el Registro Argentino de Diálisis Crónica, el SUH ocupa el quinto lugar como enfermedad causal daño renal crónico, representando el 7% del total de niños en tratamiento dialítico y en espera de un trasplante renal. (2).
Fuentes:
1) Boletín Integrado de Vigilancia. Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), en Argentina. Ministerio de Salud de la Nación 2014- 2019.
2) Registro Argentino de Diálisis Crónica. Informe 2019. Marinovich S,
Bisigniano L, Hansen Krogh D, Celia E, Tagliafichi V, Rosa Diez G, Fayad A: Registro Argentino de Diálisis Crónica SAN-INCUCAI 2019. Sociedad Argentina de Nefrología e Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante. Buenos Aires, Argentina. 2020.