por Martina Migliorisi
Hola, ¿Cómo estás? Si el finde largo es una realidad para vos, espero que lo disfrutes. Si, en cambio, los feriados te saben más a un relato mítico o a una leyenda urbana, ánimo, ya llegará la hora de descansar.
Como este news acostumbra, primero sobrevolaremos las novedades que han dejado las últimas dos semanas en el ámbito musical, a fin de equiparar nuestro punto de partida. Preparados/as, listos/as…
Salió «9», el nuevo álbum de Massacre; Isla de Caras estrenó su nuevo sencillo, «Corazón Extraño», con Juliana Gattas y Diosque; Katy Perry anunció su regreso al develar la tapa de su próximo trabajo y un primer sencillo, «WOMAN’S WORLD», que verá la luz el 11 de julio; Justin Timberlake fue detenido por manejar bajo los efectos del alcohol y los fanáticos de Britney Spears reprodujeron masivamente «Criminal» riéndose de él; Bring me the horizon confirmó su vuelta al país después de cinco años: se presentará en el Movistar Arena el 8 de diciembre. Benditos sean.
Sacaron discos nuevos: Moby, Mi Amigo Invencible y John Cale; Delfina Campos estrenó «querernos bien otra vez», último adelanto de su próximo álbum; Kevin Jonas se sometió a una operación para extirparse un lunar cancerígeno del rostro e instó a sus fanáticos a realizarse chequeos médicos con frecuencia.
Déjà vu: Don Omar también venció al cáncer esta semana -si bien no ahondó en detalles, el cantante puertorriqueño agradeció el apoyo de sus seguidores y confirmó que ya se encuentra fuera de peligro-. Taylor Swift volvió a encender la polémica en una jugada que me recordó a la batalla del britpop. Por eso, antes de profundizar, una pregunta tan noventera como falta de originalidad: ¿Blur u Oasis?
Preparen, apunten…
Si sos muy joven, si «la batalla del britpop» te suena a nada o si, sencillamente, jamás te interesó, hoy es un buen día para adentrarte. Por ello, este news explicará un capítulo de la historia que ha quedado fuera de las aulas escolares, pero no por ello está falto de épica.
En 1990, la crítica musical internacional lidiaba con una especie de obsesión por crear confrontaciones entre artistas. A pesar del rédito marketinero, muchas de estas estrategias no prosperaron. Sin embargo, una de ellas consiguió no solo acaparar la atención mundial durante agosto de 1995, sino también dividir la opinión pública hasta nuestros días.
En 1994, un año antes de que estallara la guerra del britpop, Blur estrenó «Parklife», uno de los discos más icónicos de la música anglosajona reciente. Al mismo tiempo, Oasis daba a conocer «Definitely maybe», su álbum debut, que contaba con piezas memorables e indestructibles como Rock ‘n’ Roll Star, Supersonic y Live Forever, entre otras.
Por entonces, los liderados por Damon Albarn eran los preferidos de las premiaciones: Blur arrasaba en cada categoría en la que se midiera con los hermanos Gallagher, lo que no hizo más que crispar la relación entre ellos. Pero además -e inintencionalmente-, la grieta entre ambas agrupaciones se evidenciaba en una diferencia social difícil de eludir: los londinenses provenían de familias clasemedieras o de un buen pasar económico, algo que los oriundos de Manchester, hijos de obreros, desconocían por completo.
A esta discriminación se sumaban los modos. Y es que no todo el mundo cuenta con las mismas libertades cuando de un juicio sobre sus comportamientos se trata. Para la mirada colectiva, Blur eran más santos que Oasis, estaban mejor preparados para una vida entre reflectores y resultaban menos «vulgares».
Finalmente, pero no por ello menos importante, el fútbol también los distanciaba: mientras los del sur abrazaban el azul del Chelsea FC, los del norte se distinguían por su ilimitado fanatismo por Manchester City.
¡Disparen!
Habían pasado 30 años del enfrentamiento The Beatles – Rolling Stones. Entretanto, un sinfín de proyectos artísticos engalanaron la escena musical británica con numerosas ofertas, pero en 1995, la prensa más carroñera consiguió una segunda dosis de aquella adrenalina que conoció en los ‘60.
En la antesala del que sería el estreno de su segundo álbum, “(What’s the Story) Morning Glory?”, Oasis escogió el 14 de agosto de 1995 como fecha de lanzamiento del último adelanto del disco. En simultáneo, Blur evaluaba volver al mercado el 21 del mismo mes. La semana entreactos parecía destinada al caos.
En las oficinas de la revista New Musical Express -abreviado “NME” y pronunciado “enemy”-, Steve Sutherland oficiaba de editor hacía ya tres años. NME, que cubría la actualidad de la escena británica, contaba con un importante caudal de lectores fanáticos de Blur. De hecho, el propio Sutherland era uno de ellos.
En un instante de iluminación marketinera, el comunicador tentó a la suerte e instó a Damon Albarn a medirse en el mercado como nunca antes: lo desafió a estrenar su nuevo material el mismo día que Oasis.
Sin redes sociales ni plataformas digitales que ensuciaran la competencia, la batalla del britpop se midió en los diarios, las calles y, por supuesto, en las ventas.
Tras una semana eufórica y frenética, Blur se consagró ganador. Los del norte habían conseguido vender 216 mil copias que poco pudieron hacer frente a las 274 que habían cosechado sus pares del sur. Blur seguía reinando, pero ya no tan holgados… ni por mucho tiempo.
En septiembre del mismo año, “The Great Escape”, cuarto álbum de Blur, llegó al mercado. Un mes más tarde, “(What’s the Story) Morning Glory?”, de Oasis, hacía lo propio. Este último logró vender más de medio millón de copias solo en Inglaterra y es, hasta hoy, el álbum más exitoso de los mancunianos. Con su segundo trabajo discográfico resonando en cada rincón del planeta, los norteños acariciaban el cielo. Blur, en tanto, se reconfiguraba puertas adentro.
F5
Hoy el calendario dice que es 22 de junio de 2024. Hace 15 días se estrenó «BRAT», lo nuevo de Charli XCX, y hace poco más de un mes, «HIT ME HARD AND SOFT», de Billie Eilish. Taylor Swift, que lanzó su último trabajo discográfico el 19 de abril, presentó nuevas ediciones de su álbum en ambas fechas. Amén del hype que habían conseguido antes de debutar, los trabajos de Charli y Billie no llegaron a ocupar el primer puesto en los charts: allí se alzó, una vez más, el nombre de Taylor Swift.
Al día de hoy, toda la gente interesante e intelectual que conozco y admiro escucha a Blur. No tengo idea qué pensaran de las ídolas pop. Yo, mundana, mediocre y modesta, prefiero a Oasis.
Para irnos, quiero recomendarte tres gemas del mundo musical, sin nexo alguno y con ningún otro motivo más que el de compartir lo que se ama:
- Esta nota de Joaquin Vismara, que da cuenta de la realidad que atraviesan los shows en vivo desde la perspectiva porteña
- Esta columna de Flor Viva para Jerga Sudaka, sobre el afrosurrealismo, su historia y algunas de sus características más resonantes
- Este debate en torno al último disco de Fiona Apple, “Fetch the Bolt Cutters”, que aborda feminismo, críticas y trascendencia artística
En Bacap escribimos lo que escuchamos. Qué mejor que compartirlo con el mundo.
Chau, loco. Este news se va en fade.