Al igual que la «Ciudad Eterna», Mar del Plata se asienta sobre un conjunto de elevaciones naturales que no solo moldearon su geografía, sino que también se convirtieron en pilares fundamentales de su identidad, cultura y desarrollo a lo largo del tiempo. Un recorrido por los promontorios y puntas que son testigos silenciosos del devenir de ambas urbes.
Por Arq. Herman Clinckspoor (*)
En similitud con la Eterna Roma son parte de la historia de estas dos ciudades. Las siete colinas de Roma son promontorios que, a lo largo del tiempo, han formado el corazón de Roma. Situadas al este del río Tíber, como un conjunto geográfico, han protagonizado el paisaje aún en días nuestros. Son un hito referencial en la cultura del lugar. Parte de su fundación y al igual que en Mar del Plata constituyen e integran sus respectivas historias. Las de Roma son: Palatino (Collis Palatinus, origen fundacional de Roma), Aventino (Collis Aventinus), Capitolio (Capitolinus), Celio (Caelius), Esquilino (Esquilinus), Quirinal (Quirinalis) y el Viminal (Viminalis).
Forman una particular topografía lo cual las hacen partícipes de las evoluciones urbanas como de su historia. En Roma el Rio Tíber es su segundo accidente geográfico o un acompañante como un necesario protagonista. En Mar del Plata el Océano y el Arroyo de las Chacras como fundamentales nodos para su fundación. En ambos casos se fueron convirtiendo en hitos culturales, religiosos, arquitectónicos, educativos, turísticos y participan de la mitología lugareña mitológica. Denominadas colinas, serranías, promontorios, lomadas…
En Mar del Plata, en nuestro caso, se trata de elevaciones graníticas (primitivas areniscas, piedra Mar del Plata) en estribaciones marítimas del Sistema de Tandilia. Cuando lindan y se sumergen en el Océano se las denomina puntas. Las costeras de Mar del Plata, desde norte a sur, son: Punta Iglesia (considerada la fundacional), Punta Stella Maris (Punta Hidra como primera denominación), Cabo Corrientes (Lobería Grande, por los jesuitas), Punta Cantera (Lahile, con el disponible material, hacer un puerto escollerado, allá por 1890) y Punta Mogotes (Punta de los Mogotes, Restinga, Faro, desde 1890). Las del interior: Divino Rostro (Tiro a la Paloma) y Santa Celina (Estancia de ese nombre perteneciente a Jacinto Peralta Ramos).
De una relevante importancia fue Don Eduardo Peralta Ramos, hijo del fundador la hoy Mar del Plata, que para 1.913 fue artífice para que se plasme el hoy Mural MAR DEL PLATA (1.861-1913) «Mar del Plata 1861-1873”, por Fausto Eliseo Coppini que refiere a un retrato visual del entonces Puerto Laguna de Los Padres y del Saladero. Se observa Punta Iglesia desde la hoy Stella Maris (Torreón). El otro emprendimiento tiene relevancia científica por medio del Crucero PATRIA, que en ese mismo 1.913, realizaron aquí el primer relevamiento topográfico (Titz Roy) acompañado del paleontólogo (Florentino Ameghino).
Una breve descripción de cada Colina de Mar del Plata:
A modo introductorio al tener que ver con sus respectivas toponimias a lo largo del tiempo. Para el siglo XVII toda esta área se denominaba se la conocía como el Gran Para-gua-i. En la hoy Laguna de los Padres, se fundó la Misión jesuítica más austral, nada menos que en 1.695. Destruida, desaparecida. Se refunda una nueva, 1.746, denominada Nuestra Señora del Pilar de los Serranos al frente de RR. PP. Cardiel, Falkner y Ströbel. Nuevamente destruida, 1751, es el historiador RR.PP. Guillermo Furlong Cardiff el que estudia este tema. Para los jesuitas era Laguna de la Cabrillas.
Luego relata que vinieron al lugar a fundar un nuevo poblado Rosas, Lavalle y el cartógrafo Senillosa, 1.825, y desde entonces se llama Laguna de los Padres. Recorrió la costa y entre las puntas hoy Cecilia y del Torreón, se debe a Rosas que se fundara el Puerto Laguna de los Padres. Mucho antes que el Saladero y de los Peralta Ramos.
Tras la batalla de Caseros, estas costras tierras, pasan a manos de Patricio Peralta Ramos, que en al abrigo de esta serranía (entonces de La Chacra) es donde se levanta una capilla (Santa Cecilia, cuya línea del frente será la que Chapoeaurouge utilizara para la actual traza). El Arroyo de Las Chacras (antes del Tigre) fue beneficioso para el Saladero y para Pueblo (antes Mar de Plata, Pueblo Balcarce). Lomada fundacional.
No es la mayor de estas estribaciones, pero es donde convergen dos corrientes oceánicas: la cálida del Brasil desde mediados de diciembre a fines de febrero, para luego predominar la fría de Malvinas. Su toponimia, por esta circunstancia, era: de las Dos Corrientes (para los jesuitas Lobería Grande, también Punta Gorda por su tamaño respecto de las otras).
Lahille, zoólogo, ictiólogo, 1898, al estudiar estas costas elije esta lomada por dos razones: una por su abundante material pétreo para realizar un puerto con escolleras y como hombre de ciencias instala allí el primer laboratorio biología marina, que dará origen al actual Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero. Hoy día uno de los sitios panorámicos de interés. Allí funcionan infraestructuras deportivas y gastronómicas que acompañan este sitio.
Punta De los Mogotes en su denominación hispana (cerros aplanados sin puntas) que se adentran también bajo las aguas oceánicas. Necesario, entonces, construir allí un faro, 1.890). Es hoy es una reserva natural, de un interés científico mundial. Una de las pocas Restingas del mundo, desarrollo su propia biótica tanto en tierra como bajo el nivel marítimo. Para Jacinto Peralta Ramos es el original Cabo Corrientes. Así figura en las cartografías confeccionados (alrededores de 1.880).
(*) Artículo elaborado en 2024 por el autor recientemente fallecido.