Mantener una buena nutrición es esencial para afrontar la baja temperatura, y así fortalecer el sistema inmune mediante la incorporación de distintos nutrientes.
Esencial para combatir las bajas temperaturas y fortalecer el sistema inmune, una nutrición adecuada se vuelve indispensable durante el invierno. En este contexto, Lisandra Viglione, directora de Nutrición de la Universidad FASTA, dialogó con Bacap para ofrecer pautas sobre cómo elaborar un menú invernal que no solo aporte energía sostenida y refuerzo inmunitario, sino que también brinde confort emocional. Además, explicó cómo adaptar estas recomendaciones tanto para niños como para adultos mayores, siempre manteniendo un equilibrio nutricional óptimo.
Al caer la temperatura, el organismo demanda un aporte calórico extra para conservar el calor interno. Vignole sugiere incluir legumbres como lentejas y garbanzos, ricas en proteínas, hierro y fibra, y acompañarlas con cereales integrales (avena, arroz integral o quinoa) que liberan energía de forma gradual.
En el mismo plato, cítricos, calabaza y brócoli aportan vitaminas y antioxidantes esenciales; mientras que carnes magras, pescados y huevos completan el perfil proteico.
Un puñado de frutos secos y semillas cierra la combinación con grasas saludables, zinc y vitamina E.
Defensas a prueba de frío
Según explica Vignole, para mantener fuertes las defensas frente a los virus estacionales resulta imprescindible asegurar cada día el aporte de vitaminas A, C, D y E, junto con minerales como zinc y selenio. Ella destaca que la vitamina C (que encontramos en naranjas, kiwi y pimientos) funciona como antioxidante y cofactor en la respuesta inmunitaria; la vitamina D (presente en pescados grasos, huevos y sintetizada con la exposición solar) modula la actividad de los glóbulos blancos; y el zinc favorece su maduración. Además, Vignole subraya la importancia de cuidar la salud intestinal, incorporando prebióticos y probióticos que refuerzan la barrera natural del sistema digestivo, primera línea de defensa ante posibles infecciones.
Placer y cuidado en cada etapa
Con la llegada del invierno, Vignole sostiene que es el momento perfecto para reconfortar cuerpo y ánimo con platos calientes que unen sabor y nutrición. Para ella, los guisos y sopas en los que verduras de estación, legumbres y trozos magros de carne o pescado convergen ofrecen abrigo físico y prolongan la sensación de saciedad. También incorporan infusiones (desde mate cocido hasta jengibre con limón) como aliado diario para estimular la circulación y aportar calor inmediato.
Cuando surge el antojo dulce, opta por chocolate amargo caliente o postres caseros elaborados con harinas integrales y frutos secos, combinaciones que equilibran placer y calidad nutricional. En la infancia, subraya la necesidad de calcio, hierro, vitamina D y proteínas de alto valor biológico, controlando siempre el azúcar añadido; y en la vejez recomienda texturas suaves, porciones moderadas e hidratación constante para compensar la menor sensación de sed y facilitar la digestión.
Finalmente, advierte que el secreto de un enfoque integral reside en la moderación: limitar embutidos, bollería industrial y carbohidratos refinados ayuda a prevenir el aumento de peso y alteraciones metabólicas, cerrando así una propuesta que aúna salud, energía y bienestar emocional.