Bacap dialogó con Fernanda Nicolini, una de las autoras de la biografía del escritor Héctor Germán Oesterheld y su familia.
Por Camila Spoleti
Los Oesterheld, escrito por Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami es la biografía del escritor argentino Héctor Germán Oesterheld y su familia. Héctor Germán Oesterheld, fue desaparecido por la última dictadura militar, al igual que sus cuatro hijas Estela, Diana, Beatriz y Marina y sus tres yernos —Raúl Oscar Mortola, esposo de Estela; Raúl Ernesto Araldi, esposo de Diana y Alberto Oscar Seindlis, pareja de Marina—. Diana y Marina, estaban embarazadas al momento de su secuestro.
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Héctor Germán Oesterheld (1919-1977) es conocido principalmente por su trabajo como guionista de historietas. Entre las más famosas se encuentra El Eternauta, un clásico de la ciencia ficción argentina que este año volvió a estar en el centro de la conversación pública tras el estreno de la serie de Netflix que la adaptó al formato audiovisual. Otros de sus títulos más reconocidos son Bull Rocket y Sargento Kirk, publicados inicialmente en la revista Misterix de la editorial Abril —en la que Oesterheld inició su trabajo como historietista con textos para la revista infantil Gatito— y luego en la editorial Frontera, creada por Héctor y su hermano Jorge. Además de historietas, Oesterheld escribió varios cuentos de ciencia ficción.


El acercamiento de Héctor Germán Oesterheld a la política fue progresivo. En la biografía publicada por la editorial Sudamericana en el año 2016, Beltrami y Nicolini reconstruyen ese proceso que comenzó con un compromiso humanista sin determinación ideológica, fue evolucionando hasta alinearse con el peronismo y finalmente derivó en su incorporación a la organización Montoneros. El libro narra a la vez las trayectorias ideológicas de sus hijas, también militantes montoneras, y principales impulsoras del paso de Héctor de la teoría a la acción política. Los recorridos personales de cada uno de ellos, con sus intereses y motivaciones, con sus similitudes y sus disidencias, no solo en lo político, sino también en lo afectivo, en lo intelectual, y en lo artístico —los cinco eran entusiastas del arte—, se cruzan en un relato que da cuenta de sus modos de ser y pensar.
Por otra parte, el texto cuenta con la voz en primera persona de Elsa Sánchez, esposa de Héctor y madre de sus hijas —ajena a la vida política hasta su incorporación a Madres de Plaza de Mayo—, que permite comprender más de cerca la dinámica familiar y las personalidades de cada miembro. En el libro aparecen, además, distintas personas (vecinos, amores, amigos, compañeros de trabajo, compañeros de militancia) cuyas historias son recuperadas a partir de su vínculo con los Oesterheld.
El pasado viernes 12 de septiembre, Fernanda Nicolini participó de una charla sobre Los Oesterheld organizada por El Colectivo Faro de la Memoria y la Biblioteca Central de la UNMDP en el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos de Mar del Plata. Bacap dialogó con la escritora para conocer más sobre el proceso de realización del libro.
—¿Cómo surgió la idea de hacer esta biografía?
—Durante mucho tiempo, la familia Oesterheld fue un emblema del alcance del terrorismo de Estado en los setenta: la dictadura desapareció a todos sus miembros, excepto a Elsa, la ex mujer de Héctor y la mamá de las cuatro hijas, y a dos nietos sobrevivientes. Pero lo cierto es que cuando alguien se acercaba a la historia de Héctor y sus hijas como militantes de Montoneros, no había casi datos, esto también como resultado de esas desapariciones: se sabía mucho de Héctor como guionista, porque al momento de ser secuestrado era reconocido en la Argentina y en todo el mundo, y se sabía de la vida familiar previa, cuando las chicas eran chicas, a través del testimonio de Elsa.
Entonces entre la foto de la familia idílica detenida en el tiempo que se ve en la tapa de nuestro libro y la tragedia final, había una historia que no se había contado. Eso, con Alicia, en un principio nos generó muchas preguntas, y nos encontramos con que a través de la reconstrucción de esas vidas, de esta biografía familiar, también se podía contar la historia de una generación y de un país: por qué toda una generación, especialmente de jóvenes (como las hijas de Héctor), decidió sumarse a esa militancia, qué ideales los movía, cuál era el contexto histórico, qué contradicciones se les presentaban, qué los llevaba a luchar por un mundo mejor a riesgo de perder la vida. Y, a su vez, por qué un escritor reconocido como Oesterheld decidió también ser parte, ya no como autor de aventuras sino como protagonista de los años más convulsionados del siglo XX en la Argentina.
—¿Cómo fue el proceso de investigación?
—La investigación nos llevó cinco años —la empezamos en 2011— y se basó, especialmente, en testimonios de primera mano: hicimos más de 200 entrevistas. Hubo una particularidad: gran parte de las y los entrevistados habían sido compañeros de militancia de Héctor y sus hijas, y sus memorias no solo habían sido atravesadas por el horror, la desaparición y el miedo, sino por la lógica del tabicamiento: muchos de ellos estaban obligados a olvidar o no saber datos, para proteger y protegerse. Por eso, tantos años después, rearmar esta red de memorias que la misma dictadura se encargó de romper, significó armar una suerte de rompecabezas con un montón de piezas desperdigadas.
Por otro lado, la historia era tan extensa y compleja por la cantidad de personajes que involucraba, que recién nos pusimos a escribir cuando teníamos la investigación bastante adelantada. Si bien en algunos casos nos faltaban datos, teníamos bastante claro el esqueleto de cada una de las historias. También sabíamos que no queríamos hacer un típico libro periodístico con citas y fuentes: nuestra idea era que se leyera como una novela, con énfasis en el ritmo narrativo.


—¿Cómo fue acercarse a Elsa?
—Elsa ya estaba bastante mayor cuando la entrevistamos —falleció en 2015, un año antes de que publicáramos el libro— pero nos recibió con la misma generosidad que lo hizo toda su vida. A pesar de no haber apoyado la militancia de sus hijas, desde el primer momento ella se sumó a Abuelas de Plaza de Mayo y dio testimonio de lo que le había pasado a su familia. Por eso mismo, pudimos rastrear un montón de entrevistas que nos permitieron sumar su voz con una decisión narrativa: que fuera la única en primera persona. ¿Por qué? Porque era la única de la familia que podía dar testimonio. Y, además, porque su testimonio era el contrapunto de la militancia de sus hijas y de su ex marido.
—En otras entrevistas hablan de que el contexto político del momento en el que comenzaron la investigación facilitó la realización del libro, ¿cómo fue el recibimiento de la gente en el momento en el que salió? ¿Cómo es ahora, tras el estreno de la serie «El Eternauta», y en este nuevo contexto?
—Cuando el libro salió, en 2016, justo se dio un cambio de signo político que habilitó el regreso de discursos negacionistas (algo que se agudizó aún más ahora). Y en la presentación, Estela de Carlotto dijo algo que tiene más vigencia que nunca: que era un libro para el futuro, para que las próximas generaciones pudieran conocer esta parte de nuestra historia. Es lo que empezó a pasar a partir del fenómeno de Netflix: un montón de personas, y especialmente jóvenes, que no sabían nada sobre el autor de El Eternauta se acercaron a Los Oesterheld y tomaron contacto con una historia que quizá, de otro modo, no hubieran conocido.
