El intendente tuvo un encontronazo con el gobernador por la llegada de recursos a la ciudad y la salida de la crisis. En el municipio aseguran que hay “discriminación” hacia Mar del Plata y desde el Frente de Todos local salieron al cruce.
Por Nicolás Quintaié
Las horas convulsionadas que atraviesa el país tienen su impacto en Mar del Plata, donde Guillermo Montenegro tuvo un fuerte contrapunto con el gobernador Axel Kicillof por el retaceo de fondos y la salida de la crisis.
En más de una ocasión desde que inició su mandato, el intendente denunció la “discriminación” que padece la ciudad por la llegada de partidas desde las otras jurisdicciones, lo que suele tener diversos destinos. Entre ellos, sobresale la obra pública. La lectura en el gobierno es que, al ser un municipio comandado por Juntos por el Cambio-de distinto signo político respecto a Provincia y Nación-, se le retacea dinero para no poder “mostrar gestión”.
Durante este año, en el centro de los reclamos de los dirigentes opositores a Kicillof se ubica el envío del Fondo de Infraestructura Municipal (FIM). Según lo pautado para 2022, a la comuna le corresponden unos $588 millones y debía recibir un anticipo del 30% ($168.000.000) antes del 31 de marzo para avanzar con los trabajos en carpeta. Sin embargo, desde el Ejecutivo precisaron que hasta el momento llegó un monto insignificante, cercano a los $50 millones.
En busca de consensuar mayor celeridad para el arribo de estas partidas y discutir el escenario económico que afecta a los distritos, el intendente y sus pares del Pro, Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Pablo Petrecca (Junín) y Julio Garro (La Plata) , solicitaron una reunión con Kicillof. El encuentro se consumó el jueves pasado, pero se demoró unos 10 días y, según remarcaron desde el municipio, el orden de prioridades cambió.
Crisis en aumento
En ese lapso se agudizó la crisis a partir del aumento de la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, con su consecuente impacto en los distritos. Por eso los alcaldes pidieron respuestas para paliar la situación adversa y manifestaron la necesidad de que el Frente de Todos tenga una discusión interna para definir un rumbo a seguir ante la delicada situación macroeconómica del país.
Por otro lado, le solicitaron al gobernador que se reajusten los montos del FIM a la inflación y de otros aportes como el Fondo de Seguridad, por el que a la ciudad le corresponden unos $69 millones. Pero en el cónclave también hubo lugar para los “chispazos” entre Montenegro y Kicillof. El intendente amagó incluso con abandonar la reunión porque el mandatario bonaerense criticó a la oposición y a las anteriores gestiones de María Eugenia Vidal y Mauricio Macri.
En la previa del encuentro, los ánimos de los dirigentes del Pro ya estaban caldeados: leían la convocatoria tardía a la reunión en La Plata como una intención del ex ministro de Economía de mostrar consenso con una oposición más “dialoguista”. Una misión difícil, habida cuenta de la figura relevante de Kicillof dentro del FdT, que lo ubica como número puesto para ir por la reelección en 2023.
Jefe comunal con peso
Montenegro, en tanto, se posiciona como uno de los jefes comunales de mayor peso de JxC al conducir el tercer distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires, solo por detrás de La Matanza y La Plata. El abandono de su tono generalmente moderado para confrontar con Kicillof no es casualidad.
Tras escuchar los reclamos, el gobernador se comprometió a “evaluar” los pedidos y dar una respuesta en los próximos días, con Martin Insaurralde, su jefe de Gabinete, como principal puente con los intendentes. “Estamos frente a una crisis política”, aseguró Montenegro luego del cónclave. Y agregó: «Al margen de los planteos por la desactualización que tenemos con temas como el FIM, es necesario el diálogo interno para poder encontrar una solución».
En el Ejecutivo local hoy ven con pesimismo que se revierta el escenario de “discriminación” hacia la ciudad a medida que se acercan las elecciones y reconocen que el vínculo entre Montenegro y Kicillof pasa por uno de sus peores momentos. También sostienen que el FIM llegará en forma tardía, con los fondos “licuados” por la inflación, que en el primer semestre ya acumula un 36,2%.
El inicio del fuego cruzado y la respuesta del FdT
“Durante estos dos años y medio de gestión he visto lamentablemente discriminación y abandono por parte del gobierno nacional y provincial”. La sentencia de Montenegro durante una reunión del Consejo Económico, Social y Productivo celebrada el 15 de julio pasado fue el inicio de la nueva escalada de tensión con el FdT.
Si bien la relación ha pasado por varias idas y vueltas desde 2019, las declaraciones del intendente en el recinto del Concejo Deliberante tuvieron otra destinataria directa: Fernanda Raverta, la principal referente de la alianza opositora a nivel local y titular de la Anses. “Quienes no quieren que a Mar del Plata le vaya bien al menos tengan la delicadeza de dejar de poner trabas o se corran del camino”, disparó el jefe comunal. Y la respuesta del otro lado no tardó en llegar.
A través de un comunicado al día siguiente, el FdT comunicó que, en el primer semestre, Provincia y Nación transfirieron “más de $70.000 millones” a Mar del Plata y Batán. En el reporte, se destacó que la Anses destinó “$53.051 millones” para el pago de jubilaciones, asignaciones familiares y de los distintos programas que forman parte del organismo. En tanto, se informó que Nación “invirtió $2.950 millones en obra pública” y, en el marco del programa Previaje, “300.000 turistas” visitaron la ciudad, con comprobantes de pago que ascendieron a “$6.000 millones”.
Asimismo, del Gobierno Provincial se destacó el envío de otros “$1.942 millones en concepto de obra pública; “$68 millones” por el Fondo de Seguridad; y “$515,5 millones” del Fondo de Financiamiento Educativo.
Pero no todo quedó ahí. Raverta subió la apuesta con otro anuncio: tras reunirse con Kicillof el miércoles, informó que Gobernación se hará cargo del informe técnico que debe hacer la Universidad Nacional de Mar del Plata para determinar qué obras se deben realizar para el mantenimiento del Estadio José María Minella, que tiene un avanzado deterioro en su infraestructura y cuya platea techada está clausurada desde el año pasado por riesgo de derrumbe.
El costo del estudio asciende a unos $13 millones y es imprescindible para avanzar con la puesta en valor de uno de los principales escenarios deportivos de la ciudad.