Un grupo de investigadoras del CONICET y del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero intentan responder esta pregunta a través de un proyecto que estudia el efecto de la contaminación por microplásticos y evalúa la condición nutricional de tres especies fundamentales de las pesquerías: corvina rubia, anchoíta y merluza común.
El equipo de investigación liderado por Marina Diaz, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMYC, CONICET-UNMDP), estudia la condición nutricional de estadios tempranos de merluza común, corvina rubia y anchoíta, y las posibles implicancias en el reclutamiento a las pesquerías.
La investigación en curso propone evaluar la condición nutricional de las larvas y juveniles de estas tres especies, considerando particularmente la influencia de la presencia de microplásticos (MPs) en la columna de agua y en sus tubos digestivos. Las especies estudiadas presentan una amplia distribución a lo largo de la costa atlántica de América y son parte fundamental de los recursos pesqueros de varios países de la zona.
Las posibles implicancias en las pesquerías están vinculadas a que los peces puedan llegar a un estadio de crecimiento aptos para ser pescadas. Lo que garantiza que sean reclutables es el éxito que tengan en los estadios iniciales de crecimiento y esto se relaciona de manera directa con su condición nutricional. La zona de estudio propuesta para este proyecto cubre el Mar Argentino en la región bonaerense, patagónica y la Bahía de Samborombón.
La anchoíta representa un recurso pesquero potencial y es una especie clave en las tramas tróficas regulando los niveles superiores e inferiores y posee una gran sensibilidad a cambios ambientales por ser una especie pelágica pequeña. Por esta razón, el estudio de sus estadios tempranos resulta de gran interés.
Por su parte, la corvina es uno de los recursos más importantes de las pesquerías costeras del sur de Brasil, Argentina y Uruguay, siendo la Bahía Samborombón el área de cría principal de la especie en Argentina. Esta región presenta una gran presión antropogénica debida principalmente a la contaminación por plásticos acarreada por el Río de la Plata. Con respecto a la merluza, ya existen registros de grandes variaciones en la biomasa de sus efectivos pesqueros.
El grupo de investigación está formado por Marina Diaz, Rosana Di Mauro, Marina Do Souto, Stefanía Cohen, Julieta Rodriguez, Juliana Despos, Brenda Temperoni, Nadia Alves, Cecilia Riestra, Julieta Soledad Rodriguez y Mara Braverman. Estas 11 mujeres son parte del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMYC, CONICET-UNMDP) y del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP).
“Entré a hacer mi doctorado al INIDEP en el 2005 para estudiar la condición nutricional de las larvas de anchoíta que, si bien es una especie que no tiene una relevancia pesquera, tiene mucha importancia ecológica y sostiene otras especies que son de interés pesquero. Entonces en una vista integrada del océano resultaba interesante ver qué factores afectaban la supervivencia de los estadios iniciales de la anchoíta”, explica Marina Diaz.
Inicio de la vida
Se sabe que durante el inicio de la vida de los peces, si tienen una buena supervivencia o una primera etapa exitosa, los individuos que están disponibles como adultos reclutables o que pueden ser pescados es mayor. Entonces, mayor éxito durante el inicio significa un mayor éxito posterior en el reclutamiento.
En el 2018 volvió al INIDEP Rosana Di Mauro, luego de una estadía de estudio posdoctoral en Estados Unidos, y trajo a ese Instituto el tema de la contaminación por MPs. Allí pudo observar que los plásticos presentes en las muestras de agua de mar eran del mismo tamaño y forma que la mayoría de los grupos del fitoplancton y zooplancton. “Esos son los organismos que sostienen los recursos pesqueros que se estudian en el INIDEP. Por eso me pareció importante abrir esta arista en la investigación para medir cuál es el impacto que esto puede causar en las etapas más críticas de los recursos, que son los estadios de larva y juvenil”, explica Di Mauro.
El trabajo en pandemia
Por su parte, Diaz relata que en el marco de la pandemia se dieron cuenta que estaban trabajando todas en temas que podían estar vinculados: “Estábamos trabajando solas y, hoy en día los estudios tienen que ser cada vez más integrados. Nos juntamos vía zoom, y vimos que para empezar a entender lo que les sucedía a los peces en sus primeros meses de vida era importante trabajar de manera integrada y tener cada vez más variables para poder entender el proceso completo: si bien estábamos viendo el alimento disponible, los predadores, el crecimiento de los individuos y otras variables, hay otras cuestiones que no estábamos teniendo en cuenta”.
Y agrega: “Así se nos ocurrió tomar el tema de MPs ya que está registrado que cada vez hay mayor abundancia en los océanos y no hay demasiados estudios sobre el efecto que produce en los organismos vivos en el mar. Se han registrado grandes contenidos de plásticos en mamíferos marinos, en aves, en peces adultos, pero se sabe muy poco sobre lo que pasa en el inicio de la vida, etapa de mucha vulnerabilidad para estas especies. Entonces, empezamos a evaluar cómo unir nuestras líneas de trabajo, a aunar esfuerzos y así surge este proyecto con una mirada interdisciplinaria para sacarle el mayor potencial posible con un equipo de once mujeres”.