Elena Roger regresa a Mar del Plata con un concierto íntimo, acompañada únicamente por el pianista Nicolás Guerschberg En el escenario del Teatro Roxy recorrerá su carrera a través de un repertorio ecléctico que va de los grandes musicales al rock nacional y Piazzolla.
Por Max Czajkowski
Mar del Plata se ha convertido en una plaza habitual para Elena Roger, que vuelve a la ciudad este 20 y 21 de septiembre con un formato austero y profundamente personal: piano y voz. “Es una de las plazas grandes de la Argentina, con un público muy interesado. Estoy feliz de regresar y también de volver al Roxy. La última vez fue una fiesta, encontré una comunidad italiana muy agradecida con nuestra presencia”, señala.
El recital propone un viaje por distintas etapas de su trayectoria. “Es sin personaje. Es un concierto donde puedo recorrer el repertorio que quiera, canciones que me acompañaron en la vida y en la carrera: Evita, Piaf, Passion, otros musicales que nunca llegué a protagonizar, Piazzolla, rock nacional, incluso Te Quiero, que incorporé recientemente. Es un repertorio ecléctico que atraviesa estilos y épocas, y el público lo recibe con mucho cariño”.
La dirección musical corre por cuenta de Nicolás Guerschberg pianista y arreglador con vasta experiencia junto al sexteto Escalandrum: “Nicolás es como una orquesta en sí mismo. Juntos fuimos construyendo arreglos que llevan nuestro sello. Al ser solo piano y voz, se logra un sonido limpio y auténtico. En medio de tanto ruido informativo y visual, entrar a un teatro y escuchar esa pureza se vuelve un alivio para el alma”.
Con una carrera que ha transitado escenarios nacionales e internacionales, Elena asegura que aún conserva la pasión intacta: “Todavía me sigue encendiendo la interpretación y la música. El universo me va guiando hacia proyectos que me vibran bien y los agarro. Me divierte estar en el escenario, me siento con autoridad y lo disfruto. Mientras haya proyectos lindos, la llama sigue prendida”, confiesa.
Al hablar de futuro, prefiere la sencillez: “Soy bastante simple en los pedidos. Mientras pueda hacer proyectos que me hagan feliz y tengan armonía, ya es suficiente”.