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noviembre 22, 2024
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Veinte películas imperdibles que llegan con el Festival de Mar del Plata

De Francia, Georgia, Italia, Rumania, Israel, Finlandia, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Estados Unidos, Colombia, Uruguay y, por supuesto, la Argentina. Aquí 20 filmes que formarán parte del 36º Festival de Cine de Mar del Plata y que se podrán ver en la web del máximo evento cinematográfico de nuestro país.

Por Diego Batlle

La 36ª edición del Festival de Mar del Plata permitirá, por un lado, recuperar la tan ansiada presencialidad con funciones en 8 salas de la ciudad, pero también mantener la variante virtual que tan buena repercusión tuvo en 2020 con una plataforma online y gratuita.

Aunque no todos los títulos estarán disponibles en streaming, buena parte de las competencias oficiales y varias películas de las secciones paralelas sí podrán verse en todo el país del 18 al 28 de noviembre en el sitio web del evento: https://www.mardelplatafilmfest.com/36/es/

Para quienes tengan la fortuna de volver a vivir el festival en los cines y para aquellos que lo seguirán a la distancia desde la comodidad del hogar, aquí ofrecemos una guía con 20 recomendaciones:

Tres en la deriva del acto creativo (Argentina, de Fernando Solanas). La película póstuma del director fallecido en noviembre de 2020 es un registro íntimo y muy emotivo de la relación que durante décadas mantuvo con el psiquiatra, dramaturgo y actor Eduardo Pavlovsky y el artista plástico Luis Felipe Noé. Pino, Tato y Yuyo, más sus esposas (Angela Correa, Susana Evans y Nora Murphy) y sus hijos -también artistas- Juan, Martín y Gaspar forman parte de un documental sobre lo caótico y fascinante del proceso creativo, la amistad, el compromiso político y las transmisiones generacionales. Elegido como film de apertura del festival.

Petite maman (Francia, de Céline Sciamma). La directora de “Retrato de una mujer en llamas” rodó en plena pandemia con dos niñas como protagonistas una misteriosa y fascinante fábula sobre el tiempo y los afectos que transcurre en buena parte en medio de un bosque con unas dimensiones y alcances insospechados.

What Do We See When We Look at the Sky? (Georgia, de Alexandre Koberidze). El notable realizador georgiano juega con muy diversos géneros y estilos (comedia romántica, elementos fantásticos, humor absurdo, documental, ensayo urbano, cine mudo, off de impronta literaria) para un film que, para poner dos ejemplos extremos, remite a la obra de Mariano Llinás por un lado y a cierta impronta de Chaplin, Keaton y Tati, por el otro. El protagonista es un futbolero devoto de Messi y la selección argentina.

Titane (Francia, de Julia Ducornau). La directora de “Crudo” ganó nada menos que la Palma de Oro en Cannes con la historia de una joven desenfrenada (Agathe Rousselle) que encuentra algo de refugio y contención en un bombero (Vincent Lindon) que carga con el trauma de haber perdido a su hijo. Un festival de sangre, sexo, fuego, fluidos y provocaciones para una película extrema con aires de J.G. Ballard, David Cronenberg y Claire Denis.

La isla de Bergman (Francia, de Mia Hansen-Løve). Un matrimonio de directores (Tim Roth y Vicky Krieps) viaja a la isla de Fårö, donde vivió Ingmar Bergman, para desarrollar sus nuevos proyectos. La crisis -como en las películas del mítico director sueco- no tarda en desatarse en un film que va sumando nuevas capas y apela con virtuosismo al esquema del cine dentro del cine.

Camila saldrá esta noche (Argentina, de Inés Barrionuevo). Camila (consagratorio trabajo de Nina Dziembrowski) disfruta de los últimos momentos de su adolescencia y de su militancia feminista con sus amigas y amigos de un colegio público de La Plata. Sin embargo, su vida da un vuelco profundo cuando su madre ya divorciada las lleva a ella y a su hermana menor a vivir a la casa de la abuela (que está internada en grave estado) y las inscribe en un conservador secundario privado en plena ciudad de Buenos Aires. Una película que sintoniza a la perfección con cierto espíritu juvenil de esta época.

El empleado y el patrón (Uruguay, de Manuel Nieto Zas). Tras “La perrera” y “El lugar del hijo”, Nieto Zas narra un tenso e inquietante drama rural sobre las diferencias de clase ambientado en la frontera entre Brasil y Uruguay con un elenco que incluye a los argentinos Nahuel Pérez Biscayart, Justina Bustos y Jean-Pierre Noher.

Fue la mano de Dios (Italia, de Paolo Sorrentino). El director de “La grande bellezza” y “Juventud” regresa a su Nápoles natal para la película más personal de su carrera. Una historia autobiográfica en la que el cineasta italiano se mira al espejo, apunta hacia sus familiares, expone el ecosistema donde habitaban, la esencia de su ciudad y, claro, el influjo maradoniano.

Sexo desafortunado o sexo loco (Rumania, de Radu Jude). Una docente se filma teniendo sexo con su pareja. El video es subido a un sitio porno y el escándalo no tarda en desatarse en la comunidad educativa. Por su audacia formal y su contenido explosivo, por su espíritu provocador y contestario, por su riesgo a la hora de cuestionar los excesos de la corrección política, esta nueva película del director rumano es de una radicalidad poco frecuente en el cine contemporáneo. Ganadora del Oso de Oro en el Festival de Berlín.

Ahed’s Knee (Israel, de Navad Lapid). El director de “Policeman”, “La maestra de jardín” y “Sinónimos: Un israelí en París” propone en su nuevo film un auténtico torbellino cinematográfico con la historia de una suerte de alter-ego, un director de cine que se enfrenta con las autoridades (y la censura oficial) cuando es invitado a un remoto y desértico pueblo de su país para proyectar allí una de sus películas y mantener después una charla con el público.

Comparment N° 6 (Finlandia, de Juho Kuosmanen). Una estudiante finlandesa (Seidi Haarla) se sube en Moscú a un tren rumbo a la ciudad de Murmansk. El viaje a Siberia no saldrá como lo tenía previsto, pero -claro- le abrirá nuevas posibilidades y experiencias afectivas. Con esa sencilla premisa, el director de “El día más feliz en la vida de Olli Mäki” ganó hace pocos meses el Gran Premio del Jurado en Cannes.

Una escuela en cerro Hueso (Argentina, de Betania Cappato). La ópera prima de ficción de la santafesina Cappato es un dechado de delicadeza y sensibilidad a la hora de abordar la historia de una niña con autismo y la experiencia comunitaria en un pueblo y una escuela rural. Tras su estreno en la Berlinale, se verá en la Competencia Argentina.

Drive my car (Japón, de Ryusuke Hamaguchi). Una ficción fílmica basada en una ficción literaria (escrita por el celebrado Haruki Murakami), que a su vez se apoya en una ficción teatral (Antón Chéjov, ni más ni menos). El resultado es una hermosa y dolorosa película de tres horas que se ubica entre lo mejor del año.

El poder del perro (Nueva Zelanda, de Jane Campion). La creadora de “Un ángel en mi mesa”, “La lección de piano”, “Retrato de una dama”, “Humo sagrado”, “En carne viva” y “Bright Star” regresó al cine tras 12 años con un descarnado e impiadoso western con Benedict Cumberbatch, Kirsten Dunst y Jesse Plemons que le valió el premio a Mejor Dirección en la Mostra de Venecia.

In front of your face (Corea del Sur, de Hong Sangsoo). El prolífico realizador coreano construye otra película extraordinaria sobre una mujer madura radicada desde hace mucho tiempo en los Estados Unidos que regresa a Seúl y se reencuentra con su hermana menor y su sobrino en circunstancias extremas. Pero lo importante no es tanto la trama sino la maestría de un director que, con sabiduría y sin ostentaciones, consigue un cine de una pureza y profundidad muy poco frecuentes.

Memoria (Colombia-Tailandia, de Apichatpong Weerasethakul). El gran maestro tailandés de películas como “El hombre que podía recordar sus vidas pasadas (Tío Boonme)”, “Blissfully Yours”, “Tropical Malady” y “Syndromes and a Century” se trasladó hasta Colombia con Tilda Swinton como «médium» para otra de sus fascinantes y radicales exploraciones sobre el tiempo, el sonido y los viajes tanto externos como internos. 

El perro que no calla (Argentina, de Ana Katz). La directora de “El juego de la silla”, “Una novia errante”, “Los Marziano”, “Mi amiga del parque” y “Sueño Florianópolis” se arriesga con un film lírico y existencialista a la vez que parece haber anticipado como pocos estos tiempos de pandemia global con las desventuras de Sebastián (Daniel Katz, hermano y habitual colaborador de la realizadora) como un diseñador gráfico treintañero que parece ir a los tumbos, a la deriva, en su vida.

Il buco (Italia, de Michelangelo Frammartino). A contramano del cine contemporáneo sustentado en estímulos permanentes, el director de “Le Quattro Volte” apuesta en esta docuficción por la austeridad, la contemplación, la belleza y el lirismo en un film que transcurre dentro de una caverna.

Vortex (Francia, de Gaspar Noé). El director argentino de películas como “Solo contra todos”, “Irreversible”, “Enter the Void”, “Love” y “Climax” filmó una conmovedora historia sobre la degradación y el amor en la vejez con Dario Argento y Françoise Lebrun como protagonistas,  que muchos han comparado con “Amour”, de Michael Haneke.

Mad God (Estados Unidos, de Phil Tippett). Genio responsable de algunos de los efectos visuales más impresionantes de la trilogía primigenia de “Star Wars”, “Robocop” y “Jurassic Park”, Tippett trabajó durante más de dos décadas en un proyecto de animación artesanal que finalmente acaba de ver la luz. El resultado de esta historia sobre criaturas fantásticas en un mundo post-apocalíptico es tan exigente como deslumbrante.

 

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