Científicas marplatenses analizan de qué manera las variaciones en la temperatura del mar, en aguas frente a la costa bonaerense, generan alteraciones en las comunidades de estos organismos.
Por Agustín Casa
Un equipo de investigadoras de Mar del Plata estudia cómo influye el cambio climático, en particular las variaciones en la temperatura del mar, en las comunidades de zooplancton, organismos que ocupan un lugar importante en los ecosistemas marinos.
¿Por qué el zooplancton? “Los organismos del zooplancton marino son muy sensibles a las variaciones de la temperatura, ya que este parámetro afecta su fisiología, reproducción y ciclos de vida”, cuenta a Bacap María Delia Viñas, doctora en Oceanografía por la Universidad de Aix-Marsella (Francia).
Los cambios producidos en estas poblaciones son generados principalmente por variaciones ambientales, debido a que estos organismos –a excepción del krill– no son explotados con fines comerciales.
“Es por eso que a estos organismos se los considera como ´centinelas´ del cambio climático”, señala Viñas, quien hasta 2019 se desempeñó como investigadora del CONICET en Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC), de CONICET y la Universidad Nacional de Mar del Plata, y profesora de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la misma universidad.
Largo trabajo
En un trabajo reciente, realizado junto a las doctoras Georgina Cepeda y Moira Luz Clara, analizaron la relación entre el zooplancton y las variantes ambientales, sobre todo el aumento de la temperatura del mar, durante un período de 18 años. Las muestras fueron tomadas en la estación EPEA (Estación Permanente de Estudios Ambientales), ubicada en aguas costeras frente a Miramar.
Durante el mismo, las investigadoras observaron diferencias en la adaptación de las especies de zooplancton a las condiciones ambientales. “Algunas especies del zooplancton mostraron tendencias crecientes, otras evidenciaron un decrecimiento y algunas no exhibieron cambios notorios. Esto dependió de la afinidad de las especies por diferentes rangos de temperatura”, revela la autora principal del trabajo.
El estudio fue publicado en julio en la revista Marine and Fishery Sciences, publicación del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), donde trabaja el equipo.
Los cambios en estas poblaciones, a su vez, repercuten en otros eslabones de la trama trófica. Por ejemplo, en la anchoíta, una especie de pez que abunda en la zona donde se realizó el muestreo y que cumple un rol importante en el ecosistema marino. “Las alteraciones a largo plazo en la abundancia de las especies de zooplancton, de su área de reproducción y alimentación, indudablemente tendrán consecuencias para esta y otras especies”, asegura la oceanógrafa.
No obstante, el impacto no es igual en todas las especies. “La gravedad de estas consecuencias dependerá también del grado de plasticidad de las especies pesqueras para adaptarse a las nuevas condiciones de su ambiente, tema de gran relevancia a considerar en el manejo de los recursos bajo explotación”, comenta.
Asimismo, Viñas destaca la importancia de realizar observaciones de manera regular para poder detectar las escalas de variabilidad y qué relación tienen esas alteraciones en las poblaciones de estos organismos con el cambio climático en nuestra región.
“A partir de series temporales de zooplancton de mayor duración en otras partes del mundo se han observado cambios latitudinales en la distribución de las especies, cambios en su abundancia, reemplazos de algunas especies por otras más adaptables, desaparición de las más sensibles, etc. Todo ello ha generado una cascada de cambios en el ecosistema”, agrega la investigadora.
Viñas y su equipo llevan adelante sus investigaciones en el marco del Programa de Dinámica del Plancton Marino y Cambio Climático del INIDEP. Entre otros temas, los expertos que integran el programa estudian las variables físicas, químicas y biológicas del plancton marino.
¿Qué es el zooplancton?
El plancton está compuesto por organismos vegetales (fitoplancton) y animales (zooplancton) que no tienen movilidad propia y se desplazan por acción de las corrientes marinas. “A través del fitoplancton, la energía solar es transformada en materia orgánica mediante el proceso de fotosíntesis. Luego esta materia orgánica es aprovechada por los organismos del zooplancton, los principales ´pastoreadores´ del fitoplancton, que la transfieren al resto de la trama trófica”, explica Viñas.
Existe una gran diversidad de especies de zooplancton que van desde organismos microscópicos hasta medusas de varios metros de diámetro. Estos organismos son alimento de peces, moluscos y crustáceos explotados por el ser humano.
“El zooplancton ocupa un nivel central en los ecosistemas marinos debido a que por su gran variedad de tamaños, distribución en todos los océanos y elevadas concentraciones alcanzadas por algunas especies, ofrece alimento variado y abundante para gran parte de las especies de importancia comercial durante alguna etapa o la totalidad de su vida”, sostiene la especialista.
La mayoría de las larvas de peces se alimentan de zooplancton en sus etapas iniciales de vida. Y este forma parte central de la dieta de varias especies de la plataforma continental argentina. “La anchoíta, especie ecológica clave por ser alimento de numerosos peces, moluscos y mamíferos, es exclusivamente zooplanctófaga. Otras como la merluza, el calamar y varias especies de peces australes incorporan al zooplancton como alimento principal en su dieta”, añade.
Como expresa el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos Sobre el Cambio Climático (IPCC), presentado el pasado 9 de agosto, los cambios recientes en el sistema climático no tienen precedentes.
La ciencia tiene un gran protagonismo en el estudio de sus causas y consecuencias. Y los datos recogidos y analizados por trabajos como el de Viñas y su grupo permiten contar con mayor evidencia sobre el impacto del cambio climático a escala local.
1 comentario
[…] COMPARTIR0 […]