Nacho Sacchi
Lo de Acá

La voz que viaja por el mundo desde una habitación en Mar del Plata

El locutor marplatense Nacho Sacchi grabó publicidades para distintas marcas a nivel mundial. Conocé los detalles de su trabajo. Estoy seguro que alguna vez lo escuchaste. 

Por Manuel Straccia

Alguna vez escuchaste su voz. Más de una, puedo afirmar. Puede ser que no lo conozcas, pero si escuchaste radio, miraste televisión o viste la final del Mundial de Rusia 2018, él estuvo ahí.

Nacho Sacchi es un locutor marplatense que, tras 17 años en Rock&Pop y Metro, se volcó de lleno en la locución comercial y grabó reconocidas publicidades que fueron reproducidas en la ciudad, en el país y en el exterior.

Con el poder de la tecnología, graba y edita desde su casa en Mar del Plata materiales que serán reproducidos en todo el mundo. En una amena charla con Bacap, nos contó los secretos de su trabajo.

– Algunos te llaman el hombre de las mil voces, ¿te sentís así?

– No me identifico con eso, no soy tan versátil en mi tarea. Hago las cosas bien, si no no laburaría de esto. Pero hay gente con mucho mayor rango. Si entiendo que he encontrado un espacio que hace que pueda trabajar para varios estilos. Todo comenzó con un juego, jugar con la voz neutra e imitar ese acento. Ahí hay dos voces, argentino y neutro, y hablar en inglés me abrió varias puertas. No se si el hombre de las mil voces, pero el de las 4 o 5 podemos decir.

– Tu carrera empezó en radio, ¿cómo fue ese inicio?

– En la secundaria ya jugaba a hacer algo parecido a un programa de radio. Yo tenía una voz más gruesa, me hacían leer en los actos, y empecé a usar mi voz como herramienta. Pensaba anotarme en biología, pero llevándome Química en la secundaria iba a ser difícil. Una de las carreras que me interesaba era la de Locución. Me metí ahí, conocí gente muy copada, era el año 96. Con un grupo de 10 decidimos ir a una radio y decirle que teníamos una programación completa. Fuimos a “Bahía” y le dijimos que teníamos 3 programas, que le ocupábamos la programación de 9 a 19. Ahí empezamos. Era una práctica sin sueldo, pero sin pagar espacio.

– ¿Ahí también arrancaste con la locución comercial?

– Cuando empecé a avanzar en el mundo de la radio, empecé a grabar. A mi tercer año de hacer radio ya me estaban pagando, por una serie de coincidencias. La radio necesitaba gente, alguien se fue a España y en el 99 quedaba un sueldo libre y empecé en Rock & Pop. La carrera la terminé mucho después (siempre me desaprobaban foniatría). Mi jefe me preguntó si quería grabar, y empecé a hacerlo. Una radio muy escuchada y mi voz estaba ahí en las tandas. Escuchaban a Pergolini y me escuchaban a mi. Ya empezaba a chapear con mis publicidades. Ese soy yo y que te escuchen, está buenísimo. 

– Muchos años después, eso se cortó con el cierre de la radio y te quedaste sin trabajo…

– Fue complicado. Después de 17 años en Rock & Pop (que después se convirtió en Metro Mar del Plata) cerró en 2016. Yo era un nene, tenía 17 años en radio y menos de 40, con toda esa experiencia en blanco. Me vi en esa rueda, de golpe a los 39 cerró. Con toda la ley, nos indemnizaron, pero yo con dos hijos se me venía un problema. 

Hace un tiempo ya grababa para afuera. En el 2000 había hecho un intento, que internet aún era una carreta. Era difícil, de a poco empezaba a aparecer el MP3. Si querías mandar 2 mb, tardabas una hora cuando ahora tardas un segundo. Empezamos a grabar para una radio latina de Talahasi, capital de Florida. Les gustó mi neutro y ahí se me abrió una puerta.

El neutro nace de joder con el Llame Ya. Jodíamos con eso, imitábamos los documentales de Discovery Channel. Empecé a grabar en neutro y cuando me quedé sin trabajo pensé: ahora qué hacemos. Conocía la existencia de los bancos de voces, que lo que haces es participar diariamente en castings. Grabas un poco, lo envías y esperás que le guste al posible cliente. Lo vi como una alternativa de trabajo sin pensar que podría convertirse en uno de mis mayores ingresos. 

-¿Cómo grabas?

– En un principio tenía lo más básico de todo. Un micrófono de gama baja. Un tiempo después invertí en un micrófono de gama media, no es híper profesional, porque cuanto mejor sea más se escucha y mi estudio es casero. A veces utilizo un estudio en Mar del Plata para cuando el trabajo lo requiere. Me pasó en un proyecto grande que tuve que ir a Buenos Aires, porque no hay estudios en Mar del Plata con “Source Connection”, una conexión especial, de alta calidad que transmite a través de internet. Es un servicio que se paga. Ahora tengo ese servicio en mi casa. 

Previo a la pandemia, ya lo tenía. Al llegar la pandemia, me dio un diferencial. Un micrófono gama media, me profesionalice con la computadora, tengo un “escudo” para insonorizar. Ahora también invierto en talleres. Internet acortó todo tipo de handicap, las ventajas que dábamos antes ya no existen. Yo compito todos los días desde el estudio en mi casa contra alguien en Los Ángeles en un estudio de 500 lucas verdes. Estar super disponible es importante también, trabajo para una productora Rusa o China que a veces me escriben a las 5 de la mañana. 

– ¿Qué trabajos de todos los que realizaste destacarías?

– Tuve un momento en el final del Mundial de Rusia, yo había grabado la campaña de Assist Card y la promo del Link Pass de la NBA. En la tanda, aparecían mis dos publicidades y muy pegadas. Ahí caí en la cuenta de la cantidad de gente que me había escuchado, obvio ellos no sabían, pero internamente pensaba en la cantidad de gente a la que estaba llegando. Increíble el nivel de llegada. 

Ahora trabajo para Urbana Play, radio donde están los ex Metro en Buenos Aires. Y en las tandas aparezco dos o tres veces, algo que me había costado porque el mercado de Buenos Aires es muy cerrado. Me convocaron para este proyecto y soy uno de los locutores. 

– Decime la verdad… ¿cuántas veces te reíste diciendo chimichurri?

– Jajaja. Fue raro… Esa publicidad la grabé desde un estudio. Era para McCain de Inglaterra. Estaba re nervioso. las sesiones dirigidas, ves la pantalla y ves cuatro cuadraditos, del director de marketing, el que te contrató de la agencia, el ingeniero… Terminaba de grabar y preguntaba si se entiende que era en argentino, si querían que lo exagere. Lo hicimos como 20 minutos. Salió bastante bien. Yo les contaba que había una planta cerca de mi ciudad, Balcarce, pero no tenían idea los tipos.

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