La doctora en Psicología e investigadora del IPSIBAT (CONICET-UNMDP), Julia Raimundi, describe cómo influye el entorno –entrenadores y familiares– en los jóvenes a la hora de la práctica deportiva y diferencia los contextos motivacionales positivos de los negativos.
Por Agustín Casa
El deporte es algo más que un grupo de personas que corre detrás de una pelota, que lanza un balón a un aro, que anda en bicicleta o que corre en una pista de atletismo. Detrás de cada deportista o colectivo de deportistas, hay un grupo de personas que configuran su entorno social.
Ahora, ¿quiénes integran ese entorno? ¿Qué sucede cuando desde ese entorno se genera una exigencia y demanda solo hacia el éxito deportivo, sobre todo en deportistas jóvenes? ¿Cómo se disfruta el deporte?
“En el entorno deportivo, los agentes sociales más relevantes, sobre todo cuando hablamos del aprendizaje de niños y adolescentes, son principalmente los entrenadores y entrenadoras, los profesores y profesoras y las familias. Todo lo que se hace y se dice en esos entornos va mostrando las maneras de hacer, los valores que se enfatizan, lo que se quiere lograr en ese contexto. Por lo tanto, ese entorno constituido por estos agentes sociales va a influir día a día en cómo deberíamos ser en ese entorno”, cuenta a Bacap Julia Raimundi, doctora en Psicología e investigadora del CONICET en el Instituto de Psicología Básica, Aplicada y Tecnología (IPSIBAT), del CONICET y la Facultad de Psicología de la UNMdP.
La psicóloga se dedica a la observación y percepciones del clima motivacional creado por entrenadores y su impacto en las experiencias de deportistas adolescentes. Sobre el deporte, la especialista destaca que presenta un contexto competitivo donde cada deportista pone en juego sus habilidades físicas, técnicas y tácticas con el fin de alcanzar un objetivo.
“Yo creo que la problemática está en cuanto el entorno crea un contexto en donde la única meta esperable o valorable es la de ganar. Y ahí es donde la competencia se vuelve un contexto bastante negativo. En ese sentido, pensar la competitividad del deporte como algo que me lleva a desarrollar las mejores habilidades, y no contra otro u otra, creo que es entender al deporte en su máxima expresión y entender a la competencia como una manera de superarse, de esforzarse y de evaluar el rendimiento propio”, comenta Raimundi, quien también es coordinadora del Equipo de Investigación e Innovación en Psicología del Deporte, de CONICET, la UBA y la UAI.
El clima motivacional positivo
Dentro de esos contextos aparece otro concepto, llamado clima motivacional. En ese punto, Raimundi remarca que “el clima motivacional a la hora de practicar deporte es fundamental para el logro de la motivación” y aclara que “hay que entender la motivación como un concepto amplio, como la energía que nos permite llevar a cabo una actividad y las consecuencias que podamos tener a través de esa motivación”.
“Lo que han mostrado las investigaciones, tanto en el ámbito internacional como las que desarrollamos actualmente en nuestro equipo, es que los entrenadores y entrenadoras, y profesores y profesoras, ocupan un lugar fundamental para que ese clima motivacional favorezca esa motivación de calidad de los deportistas, y también las familias –principalmente padres y madres– y compañeros y compañeras de equipo son las personas más relevantes para generar un contexto en donde se pueda apoyar la autonomía. Es decir que cada chico y cada chica tengan la posibilidad de elegir esa actividad y no hacerla por obligación. Esa es una característica de un clima motivacional positivo. Otra es favorecer la identidad y la relación entre los pares y entre las personas importantes en ese contexto”, detalla la investigadora del IPSIBAT.
Asimismo, Raimundi describe otros beneficios del clima motivacional positivo: “Favorece que haya un nosotros y que haya una identidad más allá del deporte, que uno se sienta valorado o valorada como persona. Otra característica de estos climas motivacionales positivos es que hacen que esa persona se sienta buena en lo que hace, es decir, se sienta competente. No a través del ganar al otro o de ser el mejor o la mejor, sino sobre todo a través del aprendizaje, la mejora y la superación”.
“Cuando en esos climas motivacionales positivos se enfatizan estas metas de superación, de esfuerzo y de valorar ese progreso, entonces se está creando un clima motivacional positivo que favorece la motivación. Los resultados, en todos los estudios que se han hecho, lo que muestran es que siempre impulsan a la intención de continuar practicando, a variables de bienestar, como vitalidad subjetiva, satisfacción, compromiso, y evitan el malestar, la ansiedad y otras variables psicológicas que se han estudiado que el deporte y ese clima motivacional puede proteger”, agrega la especialista.
El clima motivacional negativo
Como contraparte de un clima motivacional positivo, Raimundi define los rasgos del clima motivacional negativo: “Una de las características se llama estilo controlador y se genera cuando los entrenadores y las entrenadoras frustran la autonomía de los deportistas intimidándolos, no permitiendo que los deportistas elijan, sino que todo se hace porque ´yo lo digo´ y no hay una aceptación o una elección por parte de los demás, que es algo que suele verse en el ámbito deportivo. Y otra característica tiene que ver con la orientación en el ego, orientación al resultado, en donde la meta que se enfatiza en ese contexto tiene que ver con que soy bueno solamente si gano o si soy el mejor, y no si voy progresando. Entonces, lo único que se recompensa en estos climas motivacionales negativos tiene que ver con ganar y con salir primero, y esa es solamente la meta que está en juego”.
“Lo que han mostrado las investigaciones es que estos climas, que los han llamado clima motivacional de implicación en el ego o de estilo controlador, llevan a la frustración de las necesidades psicológicas básicas, llevan a la frustración del desarrollo de una motivación de calidad, llevan al burnout, como el síndrome de estar quemado, y llevan sobre todo al abandono. Si el deporte es un ámbito importante para construir valores y para hacer actividad física, para movernos, el hecho de que estos climas motivacionales negativos puedan llevar al abandono deportivo es un problema”, añade.
En paralelo, destaca que estos climas orientados al resultado pueden darse más en deportes masivos como el fútbol. “Por la exposición y por ese grado de profesionalización a veces se ven actitudes de padres, de madres y de entrenadores –en el caso de niños y niñas de muy temprana edad que practican el deporte– que pareciera que están trabajando con deportistas profesionales de mucho tiempo o de alto rendimiento, y se olvidan que esos chicos están ahí principalmente para divertirse”, apunta.
El disfrute del deporte
Raimundi subraya que el primer motivo por el que los jóvenes practican deporte es por el disfrute. En esta línea, resalta que “disfrutar del deporte implica estar ahí en el presente e implicado en la actividad que uno está realizando”.
Al mismo tiempo, sostiene: “Implica tener metas que uno quiere lograr y va evaluando y va viendo ese progreso. Disfrutar implica estar con otros y estar con otras en esa actividad de movimiento, pero sobre todo aprender. Esa capacidad de superación y esas metas están vinculadas a ese disfrute que también implica esa satisfacción por el logro”.
En ese contexto, la psicóloga indica que “todo eso hace un combo de una experiencia positiva que nos impulsa a practicar más, a continuar aprendiendo y, entonces, a lograr nuevas metas”.
¿Qué herramientas o recursos aporta la Psicología del Deporte?
“La Psicología del Deporte se orienta a brindar estrategias y recursos para que los deportistas logren el rendimiento deportivo o los ayuden a lograr ese rendimiento deportivo, y también desarrollen su bienestar personal”, describe Raimundi.
La investigadora del IPSIBAT señala que la Psicología del Deporte trabaja con técnicas y recursos provenientes sobre todo de las terapias cognitivos conductuales aplicadas a un contexto de desarrollo positivo.
En paralelo, afirma que los recursos o las herramientas de la Psicología del Deporte “favorecen a lograr una motivación de calidad, trabajar la autoconfianza, brindar herramientas para la gestión de las emociones, para mejorar la capacidad atencional y otras estrategias de gestión a través de la visualización o a través de la relajación para lograr ese funcionamiento óptimo en el ámbito del deporte”.
“También la idea es brindar herramientas a estos deportistas y a su entorno para distintos momento vitales en la vida de los deportistas. Pueden ser cambios de club, lesiones, acompañamiento en carreras deportivas, el retiro y demás”, concluye.