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abril 26, 2024
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La basquetbolista marplatense que es estudiante atleta en Estados Unidos

Desde la cantera del club Peñarol, Federica Laganá obtuvo una beca para sumarse al programa académico de la Universidad Florida Southwestern. Tras haber vivido ocho meses de permanentes desafíos deportivos y personales, su evolución se muestra de manera evidente.

Por Florencia Cordero 

Con 19 años recién cumplidos, Federica Laganá ya transitó su primera incursión en Fort Myers (Estados Unidos), donde se instaló para iniciar su carrera universitaria y potenciar su desarrollo como deportista. Aquella decisión de emigrar que se conversó en familia, arrojó resultados más que positivos en este corto tiempo que fue suficiente para entender que tomó la opción correcta para su futuro personal y profesional. 

“Quería irme a jugar afuera y no sabía cómo conectarlo con el estudio. Primero pensé en Europa y estudiar con una universidad online en Argentina, pero lo de Estados Unidos cerraba por todas partes. Me contacté con una empresa que conecta a chicas con las universidades y vi que les estaba yendo bien, que era una realidad. Me dijeron que yo podía tener esa posibilidad. Me consiguieron una buena oferta y me fue bien”, resumió Fede al recordar aquel momento crucial.

Y rememoró: “Me acuerdo que en un principio me decían que debía recibir un puntaje en el examen de inglés (TOEFL) para tener chances de una beca. Una vez que lo conseguí, me presentaron la oferta. Me di cuenta que era un lugar increíble. Ya había tenido un vistazo previo gracias a Natalia Tondi, otra argentina que estaba allá y me contó. Pero fue el doble de increíble verlo con mis propios ojos”.

Nueva vida

Una vez que llegó a tierras norteamericanas, la joven base de Peñarol tuvo que adaptarse a su nueva vida de inmediato. En ese sentido, detalló: “Me costó un poco la primera semana. Ellos te organizan horarios de entrenamientos y de estudio. Los coaches también son parte de la Universidad entonces se hace bastante simple. Es un campus grande que está lleno de edificios donde vas a cursar y donde vivimos todos juntos los estudiantes atletas de todos los deportes. También está el Estadio. Es súper simple para organizarse. Vas y venís caminando a todos lados”.

La convivencia entre estudiantes locales y de distintos países hace que la experiencia sea aún más enriquecedora. “En la habitación estamos una argentina, una canadiense y una colombiana. Las chicas son de lo mejor. Irse de casa y vivir independizado está bueno. Y las chicas te acompañan. Tenemos habitaciones para estudiar todas juntas. Si tenés un mal día, te podés ir solo. Uno está lejos de la familia y tener a las chicas al lado es importante. Entre latinas hablamos en español pero tratamos de hablar en inglés con las brasileñas o italianas para que todas podamos ser parte de la charla”, contó Laganá.

Mientras disfruta de un merecido descanso en Mar del Plata, profundizó sobre las ricas vivencias que atesoró en tan poco tiempo a la espera de volver en agosto para su segundo año: “Fueron ocho meses que al principio pasaban lento y después súper rápido. Vuelvo el 20 de agosto para empezar las clases y la normalidad con los entrenamientos. Se viene un mes de preparación y arranca el torneo. Ahora estoy rindiendo una materia desde acá y me cuesta un poco más. Allá estamos todas enfocadas en lo mismo y es bastante más fácil».

A la vez que recordó: «También tuvimos un huracán en octubre y nos tuvimos que ir a Miami. Al final, estuvo muy bueno porque paseamos, vimos NBA y anduvimos en motos de agua. La pasamos bien. Además viajamos con el equipo por algunos lugares de Florida. Fue increíble ir a playas con aguas transparentes y arenas blancas”. 

Próximos objetivos

Enfocada en su valiosa experiencia, Federica Laganá se muestra bien plantada y ya proyecta sus próximos objetivos en el exterior. “Como meta en el estudio quiero recibir el certificado de cuatro años. Una vez que entrás en el sistema, los coaches se hablan entre ellos y te pueden transferir. Mi idea es conseguir eso y terminar la carrera universitaria. Y con el básquet, la intención es mejorar cada día. Tenés todo. La máquina de tiro, kinesiólogo, el gimnasio. Siempre hay alguna chica que quiere ir a tirar con vos. Cuando ves todo en persona es otra realidad. Cómo funciona todo. La simpleza de las cosas que funcionan”. 

Federica Lagaña

Y en la búsqueda de su desarrollo deportivo sabe analizar la situación a fondo para sacar conclusiones sobre su evolución. “Con las jugadoras que son de Estados Unidos se nota la diferencia de juego más individualista y más físico. Las que llegan de Europa o Sudamérica tienen un juego más pensante. Ese cambio me costó al principio, pero siento que encontré un juego diferente, puedo tomar más tiros desde afuera, me siento más confiada, mejoré el porcentaje y me dio otro estilo de juego que me sirve para mi futuro y seguir mejorando”, señaló.

Pero siempre está en su corazón el equipo “milrayitas” y en su vuelta a Mar del Plata durante el receso aprovecha para compartir cancha con ellas.

“Quiero jugar con las chicas de Peñarol. Vine con esas ganas de entrenar con ellas y de jugar. El Federal Femenino tiene sus problemas de calendario pero voy a poder jugar la competencia local”, dijo Fede entusiasmada.

El corazón «milrayitas»

Es que a la distancia se hacen más notorias algunas diferencias de idiosincrasia. Así lo define Laganá: “Se empieza a extrañar allá el día a día, las costumbres, la cultura, la comida. Las norteamericanas son más frías, se pasan mucho tiempo en la habitación. El día a día es jugar, estudiar, entrenar y no te deja mucho para pensar. Se extraña estar con la familia al lado. Por suerte encontré este grupo de latinas y nos unimos bastante, tratamos de cocinar, hacer asados y seguir con esas costumbres. Me sirvió mucho pero obviamente se extraña a la familia y a mis amigas. Estar en persona con ellos más allá de la tecnología”.

Al respecto, amplió el concepto al afirmar que “son más cerradas allá. Acá estoy con las mismas chicas desde que tengo ocho años. Ellas viven allá en un barrio y para ir a la casa de la amiga tienen que viajar 1 ó 2 horas para juntarse. Es medio difícil. Acá a lo sumo estás a 20 minutos. Allá cambian mucho de colegio. Yo tengo amigas desde los tres años. Los argentinos somos muy amigueros y allá nos empezaron a entender porque es nuestra realidad”.

En suma, el equilibrio entre extrañar y crecer es todo un desafío. “Como persona uno sabe que irse de casa te hace ser más independiente. No tenía a mi mamá atrás para que estudiara o me ponga a ordenar la pieza. Te das cuenta qué te gusta hacer a vos. Uno se encuentra con uno mismo. Es una experiencia única y me va a servir para crecer a pasos agigantados. Uno está lejos y me va a servir para el día de mañana para saber cómo me comporto en ciertas situaciones”, reconoció Federica con sabiduría.

Exprimiendo al máximo sus días en Mar del Plata, tuvo una invitación muy especial: sumarse a los entrenamientos con Al Thornton, figura del equipo de Peñarol en la Liga Nacional, un experimentado exNBA que se interesó en ayudarla a mejorar como jugadora.

“Me invitó Hernán Ferrero, uno de los entrenadores de Peñarol. Una experiencia buenísima. Agradecida con Thornton porque me dijo que me iba ayudar para irme lo mejor posible a Estados Unidos. Él trata de corregirme algunos detalles, se hace una energía muy buena para entrenar y mejorar. Un ambiente súper lindo, me encanta entrenar con ellos dos y estoy muy agradecida”, comentó la medallista de oro en los Juegos Sudamericanos de la Juventud de Rosario 2022 con la selección argentina de la modalidad 3×3. 

Una experiencia para promover

Por último, Laganá destacó el apoyo clave de su familia para encarar semejante determinación de dejar la comodidad de su casa: “Uno necesita estar bien, tuve esa compensación desde lo personal con el apoyo de mi papá y de mi mamá, de mi hermana también aunque no entienda mucho de básquet. Súper agradecida con mi familia, mis abuelos y sobre todo los tres que tengo muy cerca y siempre tratan de sacar lo mejor de mí”.

Basada en sus propias sensaciones vividas en Estados Unidos, alentó a otros deportistas a buscar una chance en el exterior para mejorar. “Primero que nada quiero decir que es posible. Hay millones de entrenadores que ven partidos todos los días y buscan jugadores. Están viendo siempre. Hay equipos para todos los niveles. Depende de uno mismo, si estás interesado, si estás entrenando. Y el inglés es fundamental para todo. Desde un principio hay que estudiar inglés. Desde el primer momento hay que estudiar inglés y después las cosas van saliendo. Hay muchas universidades y de todos los niveles. El apoyo de la familia es muy importante. Si tenés todo eso, ya podés ir comprando los pasajes. Si uno da lo mejor y tiene eso en mente, las cosas llegan”. 

 

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