El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA presentó conclusiones de una investigación sobre los recursos, capacidades o ventajas de las madres y sus entornos para prolongar la lactancia exclusiva, así como sus limitaciones y factores que podrían obstaculizarla.
La lactancia materna es la mejor forma de alimentación para el bebé y múltiples instituciones como la Organización Mundial de la Salud la recomiendan en forma exclusiva hasta los 6 meses y complementaria hasta los 2 años o el tiempo que madre e hijo/a determinen. En la práctica, las madres suelen tener una fuerte motivación para sostenerla, conscientes de sus beneficios y de su valoración social positiva. Sin embargo, en el camino, pueden sentirse frustradas, incomprendidas, juzgadas y, en algunos casos, aisladas.
Así como hay aspectos que contribuyen a sostenerla, también existen los que la obstaculizan. Estas fueron algunas de las conclusiones preliminares a las que arribó una nueva investigación que presentó el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina, en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia, que se conmemora del 1 al 7 de agosto cada año. El informe de avance se titula “Los desafíos de la lactancia exclusiva y su continuidad desde la perspectiva de las madres”.
En Argentina, las cifras son auspiciosas: la tasa de lactancia exclusiva a los 6 meses de vida creció un 50 % entre 2011 y 2022, pasando de 30 % a 45 %. De todos modos, persisten disparidades por regiones y siempre hay oportunidad de mejora.
“Dar a las madres la oportunidad de expresarse abiertamente y en profundidad acerca de las problemáticas que han enfrentado alrededor de la lactancia brinda una mirada integral de los desafíos que enfrentan; por eso, este trabajo constituye una herramienta sumamente valiosa para sumar a la conversación social sobre este tema y permite, a la vez, identificar factores personales y del entorno que favorecen u obstaculizan su sostenimiento”, sostuvo Ianina Tuñón, investigadora del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA y coordinadora del estudio.
Particularmente, este nuevo estudio cualitativo, realizado del 18 de mayo al 5 de julio de 2024, se propuso renovar el análisis de los desafíos fundamentales relacionados con la lactancia y su sostenibilidad en el tiempo, a partir de la perspectiva de madres con perfiles sociodemográficos y socioeconómicos diversos. Participaron 256 madres de niños/as de entre 3 y 15 meses, a través de 32 grupos focales en Gran Buenos Aires, Gran Córdoba, Gran Catamarca y Gran Resistencia.
El vaso medio lleno
Las participantes mencionaron múltiples recursos, capacidades o ventajas claves para sostener la lactancia en el tiempo, tales como integrar espacios de formación sobre el tema y socialización con pares, tener acompañamiento posparto, disfrutar del vínculo de apego con el bebé y aprender a extraerse leche.
Entre situaciones favorables del entorno, destacaron 1) el acceso a información de parte de profesionales capacitados, como obstetras, parteras, puericultoras, enfermeras de enlace, pediatras, 2) el parto vaginal, 3) el respeto de la hora sagrada (el contacto inmediato y prolongado, piel con piel, del bebé con su mamá al nacer), 4) contar con servicios de puericultura y 5) espacios de consulta abiertos (WhatsApp).
Luego, a la hora de volver al trabajo, subrayaron la posibilidad de 6) trabajar desde casa, 7) extender la licencia o 8) reducir la carga horaria, 9) contar con lactario en el trabajo y espacios públicos, además de 10) tener actividades con grupos de pares para compartir experiencias.
“El contexto ideal es solo eso, ideal, y suele abrirse una brecha respecto de la realidad, que suele ser imperfecta y presenta cuentas pendientes. Así y todo, existen múltiples aspectos del entorno que han sido abordados por distintas leyes vigentes y hoy son derechos que deberían estar garantizados, aunque exista una deuda en el cumplimiento de las normativas”, agregaron desde el Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
Limitaciones y obstáculos
Esta Semana Mundial es una oportunidad inmejorable para prestar atención a las limitaciones que pueden enfrentar las madres y que atenten contra la lactancia. En esta investigación, las participantes destacaron la persistencia de dolores físicos (grietas, mastitis o perla de leche), cuadros de depresión posparto o el desgaste físico y psicológico durante el primer mes (culpa, tristeza, frustración, fracaso, confusión y ansiedad) y percepción de insuficiencia de leche. También pueden influir un entorno familiar invasivo y que juzga a la madre o que no ayuda, además de malas prácticas de manipulación y almacenamiento de leche.
Entre los factores externos, aparecen el parto por cesárea, requerir cuidados intensivos neonatales, la pérdida de peso del bebé en las primeras semanas, haber sufrido violencia obstétrica (aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, de conformidad con la Ley 25.929) o en el sistema de salud y comportamientos del bebé como dormir mucho, no prenderse o rechazo. También la estigmatización en espacios públicos, el trabajo informal y/o la falta de flexibilidad laboral; la falta de acceso a la salud y a información relevante.
“Tal vez, una de las conclusiones más importantes y sobre la que tenemos que trabajar como sociedad es que se identificó la existencia de un conocimiento parcial y acotado sobre los beneficios de la lactancia materna exclusiva. Confiamos en que, aportando nueva evidencia de las percepciones y perspectivas de las madres en nuestro país, podemos contribuir a transformar esta realidad, superar los obstáculos y promover una vida más saludable desde el nacimiento, recibiendo la mejor alimentación posible”, concluyeron los investigadores.
Fuente: Observatorio de la Deuda Social de la UCA.