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mayo 2, 2025
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En Mar del Plata morirse cuesta caro

Por Natalia Muñoz

Hay una yuxtaposición, idealmente de la vida adulta, que resulta ridícula: la muerte de un ser querido involucra lágrimas, trámites y dinero. Mucho dinero. La visión es borrosa por el dolor y en algunos casos por el shock que supone perder a alguien, más si es de manera inesperada. Con el sentido comprometido, es necesario firmar papeles, contratar servicios, evaluar presupuestos y pagar. Si no se conoce la voluntad de la persona fallecida, el dilema se precipita: que sea económico y rápido, o brindarle lo mejor a alguien que amamos, aunque tal vez no se entere de ello. 

Morirse es caro. Muy lejos de hacer un análisis filosófico de hasta dónde nos ha llevado el sistema capitalista, esta nota busca ser una guía actualizada sobre trámites y valores de referencia para despedir a un ser querido. El presupuesto que nunca quisiste leer. 

El funeral

Como primer paso, es necesario que un médico o una médica constate la muerte de manera escrita. Ese certificado será necesario para comenzar con el protocolo. Si la muerte se dio en un hospital o clínica, este paso es automático. Si se da en otro sitio, es necesario llamar a un profesional como primera instancia.

Foto: Mauricio Arduin.

Hay familias que cuentan con coberturas de salud premium que permiten desligarse de la burocracia de la muerte. Existen obras sociales y prepagas que, por el contrario, reintegran al menos una parte de los gastos. Para efectivizar ese cobro hay que presentar papeles y firmas y sellos. PAMI, por ejemplo, pide corroborar seis documentos distintos para reintegrar 15.000 pesos a la familia, si corresponde. ¿Cuánto significa eso en el monto total? Muy poco. 

En Mar del Plata hay funerarias que ofrecen distintos servicios. Las más solicitadas ofrecen un paquete integral cuyo precio varía según el ataúd elegido. En esos casos, el servicio más básico parte de los 800.000 pesos. En el otro extremo del continuo, se ofrece un servicio premium que ronda los 25.000 dólares. “De esos tendremos uno por año”, aseguraron desde dos casas velatorias ante la consulta de Bacap. 

Es un valor que no se desagrega. Es decir, no se postula un presupuesto detallado en el cual se pueden quitar, por caso, el servicio de catering o la asistencia con los trámites al grupo familiar: es integral. Incluye traslado, cortejo, servicio religioso y trámites postmortem.

La principal variante para el valor del adiós es la calidad del ataúd. Depende del tipo de madera, los detalles de carpintería, la calidad del trabajo, la insignia religiosa que quiera colocarse (si alguna). Hay quienes adquieren dos: uno vistoso para el funeral y otro más económico para la sepultura o el crematorio. 

En caso de que la persona fallecida tenga como último destino un nicho, el ataúd será un poco más caro, ya que debe contar con características exclusivas para su mantenimiento. 

Algunas de las salas velatorias de Mar del Plata incluyen un arreglo floral en representación de la familia del óbito. Otras no lo ofrecen, o bien permiten que la familia pueda escoger sus flores de manera personal y comparar presupuestos.  

En caso de comprarlas de manera particular, se puede encontrar una variedad de precios que va desde los 100.000 pesos hasta los 200.000. El valor depende del tamaño. Por lo general, la grabación de la cinta con la inscripción está incluida en el precio final. El traslado desde la florería hacia el sepelio suele estar a cargo del vendedor. 

Los destinos de un cuerpo

El cuerpo de una persona fallecida puede ser cremada para que la familia conserve, deposite o arroje las cenizas en algún sitio especial. Puede, sino, ser sepultado en tierra o quedar en un nicho. Una variante cada vez menos frecuenta es que el destino final sea una bóveda familiar. Veamos las particularidades de cada caso. 

Para cremar un cuerpo en Mar del Plata es necesario acudir a un cementerio privado. En los dos que existen, el precio parte de los 400.000 pesos. Al haber tan poca oferta del servicio, es muy probable que haya que esperar, tanto para que el cuerpo sea cremado, como para obtener las cenizas luego.

El cementerio municipal Parque cuenta con un horno crematorio que dejó de funcionar tras la pandemia por coronavirus. Los anuncios de arreglos y de inminentes reaperturas fueron varios, pero hasta el momento no se concretaron. Fuentes aseguraron que sigue fuera de funcionamiento. Comunicarse con el mismo cementerio para corroborarlo fue imposible. 

El descanso en tierra es hoy la variable más económica. Una parcela en la actualidad tiene un valor de entre 350.000 y 510.000 pesos, según la ubicación dentro del cementerio. Cabe mencionar que dentro de una parcela suelen caber dos ataúdes y una urna. Se trata de un servicio que requiere un costo de mantenimiento cada dos meses y que ronda los 25.000 pesos.

Por el contrario, el nicho es la opción más cara. Dependiendo del nivel, es decir, de la altura del nicho, el costo de adquisición puede variar entre 620.000 y 1.200.000 pesos. Más cómoda la altura para el visitante, más caro el valor. El servicio de mantenimiento también es bimestral y asciende a los 40.000 pesos. En este caso, en un solo nicho caben dos ataúdes.

Independientemente de la disposición, se recomienda incluso acudir a un cementerio privado si se desea poner el cuerpo en un nicho. “Se parece más a un palomar que a un nicho, no conviene, aparte por la humedad ni se puede estar”, ha dicho a este medio personas que suelen acudir a conmemorar a sus seres queridos al cementerio municipal La Loma. 

La muerte se paga en cuotas

Según un informe sobre esta temática publicado en 2024 en el portal 0223, los servicios funerarios que hoy cuestan desde 800.000 pesos, hace seis meses estaban 580.000. La opción premium que hoy cotiza 25.000 dólares, en ese entonces rondaba los 18.000 dólares. La despedida final tuvo un aumento del 38% en seis meses. 

Incluso si se eligen las opciones más económicas en todos los casos, morirse no cuesta menos de $1.150.000. O $1.135.000, con el reintegro de PAMI. Ello sin contar con ningún tipo de gasto extra, y sin considerar el mantenimiento bimestral de los servicios de nicho y de parcela. 

En una situación ideal, es un sueldo entero dedicado a la muerte. En algunos casos, son dos sueldos. 

Las opciones de pago son cada vez más variadas. Para hacerlo en un solo desembolso se puede pagar en efectivo, con transferencia, con tarjeta de debido o de crédito en un pago. Se puede pagar en cuotas con la tarjea de crédito, también, aunque depende el banco, el mes y las promociones, puede ser que esas cuotas tengan un recargo. 

Muchas casas funerarias aceptan cheques. Siempre es aconsejable consultar antes. En otros casos, se rompe el chanchito. Por falta de dinero y/o por no querer ver por nueve meses el detalle en el resumen de la tarjeta de crédito, hay familias que deciden entregar dólares. “Te das cuenta que una persona tocó sus ahorros para pagarte”, contó desde su experiencia el empleado de una famosa casa de sepelios en el centro de la ciudad. Otra opción: hacer “vaquita” y pedir colaboración a los asistentes del último adiós. 

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