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abril 26, 2024
Gustavo Eandi
Lo de Acá

Gustavo Eandi, el artista marplatense que diseñó para Lorde

“Nunca había escuchado su música”, admite quien creció entre discos de Boom Boom Kid y Babasónicos. Antes de crear los logos para el último álbum de la cantante neozelandesa, pasó por la Bristol, Brasil y España. De andar mal en skate al mundo. Conocé su historia y tapas preferidas.

Por Azul Paci

Corría el año 1981. En el mundo, The Cure, Kraftwerk, The Rolling Stones, Prince y Bob Dylan sacaban discos. En Argentina, cientos de jóvenes se calzaban los auriculares para escuchar lo último de Serú Girán, Spinetta, Jade y Virus. En Mar del Plata, una familia del barrio Bernardino Rivadavia se agrandaba con el nacimiento de Gustavo Eandi.

Dos palabras que hasta hace poco solo movían recuerdos entre sus familiares, alumnos – tal vez algún docente – de la Escuela Superior de Artes Visuales Martín A. Malharro donde estudió ilustración, y viejos amigos, como los creadores del sello indie Pistilo Records o los fundadores del encuentro internacional de diseño Trimarchi, del que participó cuando se realizaba en el Estadio Polideportivo Islas Malvinas.

Hoy, son motivo de charla en las redes sociales. El joven que una vez supo andar mal en skate, tocar mal el bajo, pero dibujar muy bien, trabajó en el nuevo disco de la joven estrella de Nueva Zelanda Lorde. De repente, el artista que se formó entre vinilos, fanzines y recitales en antros, se despertó con cientos de notificaciones en su teléfono celular. Sucede que la cantante, de 24 años, es ganadora de múltiples premios, concentra millones de seguidores y su álbum es esperado por fanáticos alrededor de todo el mundo.

Artista internacional 

Solar Power es el tercer trabajo de Ella Marija Lani Yelich-O’Connor, más conocida por su nombre artístico Lorde, y lleva trazo argentino. Gustavo fue contratado para realizar los logos, “dibujar las palabras”, dice él, que aparecen en la tapa y otros que aparecen en el videoclip estrenado este mes y ya tiene más de 14 millones de vistas en Youtube. “Estoy en los créditos con mi nombre y la repercusión es ridícula. Me di cuenta que mucha gente esperaba el disco. Tuve muchos likes, cosa que no tengo porque no subo seguido. Tengo pocos seguidores. Ahora subí muchos, que ya me van a abandonar”, afirma y ríe en diálogo con Bacap.

Sin embargo, todo empezó mucho antes y parte del ilustrador se quedó ahí, o al menos la porción que se niega a usar tableta electrónica y prefiere realizar el tedioso – y doble – trabajo de dibujar en lápiz, escanear y luego retocar para enviar vía Whatsapp o correo a los estudios alrededor del globo con los que colabora.

“Siempre dibujé cómics, hacía fanzines, me interesaba esa cultura y la del skate también, aunque siempre fui malo. Me gustaba mucho el concepto y la estética de ese deporte, más que el surf. A principios de los 90, había bandas muy metidas en el tema, como Fun People, y de ahí robaba un poco de todo. En la facultad, conocí a Pablo y Seba de Trimarchi. Yo realizaba unas fechas con unas bandas amigas”, recuerda y afirma que su arte estuvo conectado con la música desde su adolescencia y aún antes gracias a la influencia de su padre, melómano admitido.

Los amigos

Los amigos son un bastión importante en la vida de Gustavo. Sus pasos y su talento se vieron acompañados por caras cercanas en reiteradas oportunidades, como cuando abrió una galería de arte en São Paulo, donde vendía enormes dibujos de grafito, los momentos en los que buscaba locaciones para la primera película del director Ezequiel Acuña o este año, cuando el artista Hassan Rahim, responsable de tapas de músicos como Marilyn Manson, lo tuvo en cuenta para el trabajo que despertó este artículo.

“Solía ser muy solitario con el tema música, escuchando mis cosas. A los chicos de Pistilo los conocí a través de un amigo, Ezequiel, que hizo una película que influenció mucho: Nadar Solo. Una obra de juventud y adolescencia filmada acá en Mar del Plata, con bandas como Jaime Sin Tierra, emotivas. Esta película fue el himno de esa generación”, sostiene.

En ese entonces, hacía portadas y flyers para mis amigos, pero una propuesta cambió todo y le dio forma a su sueño. “Mi viejo era muy fan de la música. En mi casa había muchos discos, primero vinilos, después CDs. Yo todo el tiempo realizaba versiones y sacaba información visual y gráfica de ahí. MTV fue muy importante también. Siempre quise hacer tapas, es lo que más me gusta”, asegura y recuerda que Internet permitió el salto del juego al trabajo.

“Empecé a trabajar con un sello de hip hop de Estados Unidos. Me encargaron una serie de vinilos, uno por mes. Salió muy bien y ya después me quedé trabajando de manera remota con varios discos lo que me dio más visibilidad. Hace dos años, me contactó Hassan, que tiene un estudio llamado 12:01 am, para hacer unas tapas. Él siempre me tiene en cuenta para laburos y me pasa para hacer logos o textos, dibujar palabras. Para lo de Lorde, que surgió en enero, era un poco lo mismo. Me mostró las referencias y el tipo de tipografía que quería para el nombre de ella y el título del disco. La verdad que fue muy fácil hacerlo. Mandé cinco opciones de letras para la palabra Lorde y Solar Power y él se los mostró a Ella. Nunca había escuchado su música, ni este disco, que como es bastante conocida no se podían filtrar las cosas”, cuenta.

– ¿Cuál es tu portada favorita?

– Hablamos tanto de los 90s y de la influencia en mi trabajo, que me gustaría citar 2 discos diametralmente opuestos, uno de 1991 y otro de 1993.

RHCP «Blood Sugar Sex Magik» (1991).Fue un disco que escuché muchísimo en esa década y a veces lo revisito. El arte de tapa no se de quien es, pero las fotos son de Gus Van Sant (director de una de mis películas favoritas, «Drugstore Cowboy») y su estética es tán de esa época (tribales, tattoo, etc) pero me parece que envejeció muy bien.

Le Mans «Le Mans» (1993). Portada de disco totalmente opuesta: Super simple (2 elementos, cielo y título), luminosa, cálida, agradable, nada pretenciosa. La banda es española, de las más importantes de lo que se llamó el «Sonido Donosti». Me encanta todo de este grupo, soy muy fan.

Gustavo Eandi

– ¿Y de las tuyas?

– Sympathy Nervous «Automaticism» (2011) y «Plastic Love» (2013).

No son las que más repercusión tuvieron, pero la historia es zarpada. Es de un sello de Nueva York, que se llama Minimal Wave. Editaron la obra de un japonés que hace música electrónica bastante oscura, experimental, en el 2011. Justo fue lo de Fukushima y el tipo perdió todas sus máquinas, computadoras y sintetizadores y se quedó en la calle. Ya había mandado todo para hacer el arte, que es muy simple, pero a mí me gusta mucho. Todas las ganancias de ese disco terminaron yendo para que este chico pueda reconstruir su vida.

– ¿ Qué trabajos tenés en el horizonte?

– En estos meses estoy en un proyecto de ropa que se vende bien. Estoy muy focalizado ahí porque son las dos cosas que a mí me gustan: la música y el streetwear. Por suerte, tengo un montón de trabajo, más allá de esto, y siempre para afuera. Para acá, nunca me escribió nadie. Si hubiese alguien interesado y está bueno lo que hace, estaría encantado.

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