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abril 18, 2024
Denise Sciammarella
Interés General Lo de Acá

La física que cultiva sus dos pasiones: la ciencia y el tango

Nacida en Mar del Plata y formada en la UBA, la científica Denise Sciammarella trabaja con métodos matemáticos para el estudio del cambio climático. En paralelo, como cantante, fundó una orquesta de tango integrada por mujeres de distintos países.

Por Agustìn Casa

En tiempos donde las investigaciones vinculadas a la crisis climática tienen gran protagonismo en la comunidad científica, la física Denise Sciammarella y su equipo del Instituto Franco-Argentino para el Estudio del Clima y sus impactos (IFAECI) tienen una tarea desafiante: desarrollar y calibrar métodos matemáticos para el estudio del clima.

El grupo trabaja en la actualidad en la adaptación del método BRAHMA para aplicarlo a problemas relacionados al océano, la atmósfera o el clima. El mismo, que lleva el nombre de la divinidad hindú, lo desarrolló la propia investigadora durante su tesis de doctorado en la UBA.

“Estamos aplicando el método BRAHMA para explicar cómo se organizan las partículas en un fluido (el aire o el agua). Esto nos permite comprender cómo se va a dispersar un contaminante en un medio. Un ejemplo de aplicación puede ser un derrame de petróleo en el océano o las cenizas de un volcán en la atmósfera”, explica a Bacap Sciammarella, doctora en Ciencias Físicas, directora adjunta del IFAECI e investigadora del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) de Francia.

En esta línea, resalta que esa técnica “también puede ayudar a comprender los cambios repentinos (tipping points) en los distintos subsistemas del sistema climático, algo así como los talones de Aquiles de nuestro planeta”.

Según la científica, el método BRAHMA permite clasificar los tipos de comportamientos que pueden existir en un sistema complejo, contribuyendo a reconocer y a identificar, como ocurrió en química con la tabla periódica de los elementos, cuáles son los bloques elementales que componen las dinámicas observables en la naturaleza.

Además, asegura que esta técnica utiliza un recurso novedoso: se basa en la topología –una rama de las matemáticas vinculada con la continuidad–, que en este caso se emplea para estudiar lo que no cambia, lo que permanece invariante, en un sistema que evoluciona de manera compleja. 

“La topología es la receta de cocina que interviene en la configuración de cualquier sistema que evoluciona en el tiempo. Distintas topologías remiten a diferentes modos de evolucionar o –para seguir con la metáfora culinaria– a distintos modos de combinar ingredientes. Gracias a la topología es posible validar o refutar un modelo a partir de datos y también permite comparar modelos entre sí”, remarca. 

Asimismo, la física destaca: “El enfoque es muy novedoso y ojalá podamos avanzar todo lo posible para que esta metodología se vuelva una herramienta que todos los climatólogos y los oceanógrafos puedan usar para tener mayor certeza respecto a su objeto de estudio”.

Sciammarella y su equipo llevan adelante sus investigaciones en el IFAECI, institución dependiente en Argentina de la UBA y el CONICET y en Francia del CNRS y el Institut de Recherche pour le Développement (IRD). En la sede ubicada en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, dirige el grupo de investigación llamado Métodos Matemáticos para el Estudio del Clima. 

“El trabajo que estamos haciendo consiste en adaptar nuestra técnica topológica para que sea lo más productiva posible cuando miremos variables climáticas”, sostiene. 

Recientemente, el último avance del grupo fue aceptado por la revista Chaos: An Interdisciplinary Journal of Nonlinear Science. “Es un logro importante ya que permite, por primera vez, usar la topología para estudiar sistemas que tienen una componente aleatoria en su evolución. Esto ocurre con la acción del hombre sobre el clima y también con la variabilidad intrínseca que tiene el sistema climático. El concepto de ‘tipping point’ topológico, que introducimos en este trabajo, apunta a comprender los efectos bruscos que puede producir el ruido sobre un sistema complejo, y sobre el sistema climático en particular”, comenta Sciammarella.

Mar del Plata, la ciencia y la música

Nació en Mar del Plata en 1971. A su padre lo habían trasladado a la ciudad para trabajar en una sucursal bancaria y vivió sus primeros años en La Feliz. Cuando tenía dos años, su padre fue trasladado nuevamente a Buenos Aires y la familia se mudó a la capital. 

Sin embargo, su vínculo con Mar del Plata no fue pasajero. Parte de su familia materna aún vive en la ciudad. Y aquí vacacionó varios veranos con su familia. “Volvíamos periódicamente, los grandes recuerdos de mi infancia son en esa casa de la típica piedra Mar del Plata, muy cercana al mar”, relata.

De esa casa en Mar del Plata brotan algunos de sus primeros recuerdos musicales, donde las guitarreadas y el canto eran parte de la vida familiar. Durante su infancia, su padre tocaba la guitarra e interpretaba folklore y tango. Y Denise participaba de las actividades musicales en la escuela.

Denise Sciammarella y Juan Falú. Crédito: Viviana De Rosa.

También en la infancia surgió el interés por la ciencia. “Mi abuelo materno me hablaba de una piedra y decía ´vos ves así a la piedra, pero adentro hay unas cositas muy chiquititas que se llaman átomos y que están en movimiento´. Me acuerdo de eso como algo que me despertó la curiosidad desde muy chica y también estaba enganchada con hacer experimentos”, narra. 

Entre Argentina y Europa

Tras finalizar la Licenciatura en Ciencias Físicas en la UBA en 1996, Sciammarella fue becaria en Francia y en Alemania. En 2001, se recibió de doctora en Ciencias Físicas también en la UBA y al año siguiente ingresó a la carrera de investigadora del CNRS de Francia, análoga al CONICET argentino.

En Francia se dedicó al estudio de la física de fluidos y de la producción de la voz. “Pasé a tener a la voz como objeto de estudio. Ese fenómeno que es capaz de producir arte, se volvió mi objeto de estudio mucho tiempo. Así que fue todo bastante confluyente. Mis intereses aparecían repetidos, volcados en las distintas cosas que fui eligiendo hacer”, dice la científica y artista.

Para su tesis doctoral, desarrolló el mencionado método BRAHMA. “Una de las primeras señales que nos propusimos analizar utilizando la topología fue justamente una señal de voz, una señal de habla, porque era muy sencilla de obtener, de reproducir, y porque es complejo el sistema que la produce”, indica. 

Sciammarella llevó a cabo un trabajo en colaboración entre la UBA y el CNRS en el que realizaron el primer estudio tridimensional del aire a través de las cuerdas vocales. “Hicimos como si fuera una primera tomografía computada tridimensional del aire. Contrariamente a lo que se supone en los modelos más sencillos, no tiene un comportamiento en dos dimensiones. La tercera dimensión tiene un rol esencial. Eso representó un aporte a lo que sabemos sobre cuáles son los mecanismos físicos involucrados en la producción de la voz”, detalla.

Al ritmo del 2×4

El tango sonaba siempre en su casa. Recuerda que sus padres lo bailaban muy bien. Y comparte su apellido con el recordado compositor Rodolfo Sciammarella, también referente de la música publicitaria en Argentina. Si bien no son parientes cercanos, comparten un origen familiar, ya que los Sciammarella que llegaron al país vinieron de Paola, un pueblo ubicado en el sur de Italia.

Durante los años de Denise en Mar del Plata, Rodolfo también estaba radicado en la ciudad.  “Iba a cobrar sus cheques por publicidades que había hecho en España a la sucursal del banco donde trabajaba mi papá”, cuenta.

En 2013, a cuarenta años de la muerte de Rodolfo, la Academia Nacional del Tango le propuso a Denise participar de un homenaje al compositor.  “Yo en ese momento había encontrado algunas partituras de temas de Rodolfo que no se habían grabado nunca. A la Academia le pareció importante que en ese homenaje estuviera presente el Sciammarella más célebre, pero también ese Sciammarella escondido, que aparecía al rastrear algunas cosas suyas que no fueron grabadas”, señala la cantante.

Fue así que se juntó con la bandoneonista chilena Cindy Harcha, quien en pocos días realizó los arreglos de las canciones. Para la ocasión, quedó conformado un grupo cosmopolita de mujeres que fundaron la orquesta Sciammarella Tango. “Salió todo tan bien que enseguida se planteó la idea de volcar este material en un disco”, afirma.

La orquesta está formada por músicas residentes en Buenos Aires, provenientes de países como Japón, Corea, Ucrania, Italia y Chile. Ya cuentan con tres discos editados y se encuentran en la producción de su nuevo trabajo discográfico.

El 6 de noviembre, Sciammarella se presentará junto al matemático Pablo Amster en el Centro Cultural de la Ciencia (C3) de Buenos Aires, en el marco de una jornada sobre ciencia y arte. Además, tanto Denise como Sciammarella Tango participarán de un episodio de Impulso Sonoro, una serie documental dedicada a la ciencia y la música que será emitida a fin de año por Canal Encuentro. 

La curiosidad por la música y la ciencia la han acompañado desde su infancia. Hoy, sus dos pasiones siguen cruzando sus caminos. “Lo bueno es que las pude sostener en el tiempo y las pude desarrollar y, aunque parezca mentira, como en el título de un tango de Rodolfo Sciammarella, ambas están conectadas”, concluye.

Conferencias internacionales y un flamante Nobel

Sciammarella participó este año de un ciclo internacional de seminarios sobre ciencia del clima que reunió a 22 especialistas que brindaron conferencias virtuales. Entre ellos, estuvo el alemán Klaus Hasselmann, uno de los tres galardonados a principios de octubre con el Premio Nobel de Física 2021 por sus contribuciones innovadoras a la comprensión de sistemas complejos. Junto al japonés Syukuro Manabe, fueron distinguidos por la modelización física del clima de la Tierra, cuantificar la variabilidad y predecir de manera fiable el calentamiento global. El otro premiado fue el italiano Giorgio Parisi.

 

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