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marzo 28, 2024
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Lo de Acá

Otro verano sin fútbol

La pandemia dio por tierra con la posibilidad de que vuelva el Fútbol de Verano. En la temporada pasada no se había podido jugar por el desacuerdo entre la empresa organizadora y la anterior gestión municipal. La ciudad pierde millones de pesos en ingresos por hotelería y gastronomía.

Por Víctor Molinero

Por segundo año consecutivo Mar del Plata no tendrá el tradicional Torneo del Fútbol de Verano. Esta vez no será por los desaguisados de Hernán Mourelle, el polémico ex Secretario de Economía y Hacienda de la Municipalidad General Pueyrredon, sino por la pandemia que alteró los planes del mundo.

Es que si bien los organizadores del fútbol y el Municipio recompusieron la relación que se había tensado durante la gestión anterior, y comenzaron desde enero a trabajar para que el Torneo de Verano vuelva a Mar del Plata en 2021, la aparición en escena del coronavirus dio por tierra con todos los esfuerzos de reconstrucción.

Sin fechas disponibles por el corrimiento de los torneos oficiales y sin la posibilidad de la presencia de hinchas en el estadio José María Minella, la realización del Torneo de Verano se hizo inviable.

Cabe recordar que, en un año «normal», a esta altura los campeonatos oficiales ya hubiesen terminado, los futbolistas estarían gozando de vacaciones y a partir de la primera semana de enero algunos planteles elegían esta ciudad para desarrollar su pretemporada, con vistas a una competencia que podía reiniciarse hacia fines del primer mes del año o en los primeros días de febrero. 

En realidad esa fue la lógica de los últimos años, cuando los calendarios ya se habían «apretado» y las fechas para los Torneos de Verano se habían achicado. Porque varios años atrás, cuando el campeonato argentino comenzaba en la segunda quincena de febrero o directamente en marzo, aquí podían desarrollarse más partidos (llegaron a jugarse cuatro Superclásicos entre Boca y River en 1993 en el estadio José María Minella).

Justamente los problemas de calendario atentaron en cierta medida contra la calidad del Torneo de Verano, que pasó de ser un desfile de grandes figuras del fútbol argentino a un banco de pruebas para el surgimiento de nuevos valores. Es que en ocasiones, con la competencia oficial a la vuelta de la esquina, los entrenadores preservaron a su equipo de gala y eligieron jugar en Mar del Plata, a días de algún partido por los puntos, con mayoría de suplentes.

Sin Superclásico

De todos modos, cada River-Boca paralizó al país. Y generalmente para esos duelos los entrenadores pusieron lo mejor que tenían al alcance de la mano. Se sabe que en Argentina, un Superclásico no reconoce amistosos y más allá de la etiqueta del partido una derrota dolorosa puede dejar secuelas. Sino que lo diga Ramón Díaz, que tras perder 1-2 con Boca aquí en febrero de 2000 dejó de ser el técnico de River.

River y Boca solían disputar en Mar del Plata el primer Superclásico de cada año. Esta vez, se medirán en enero pero en La Bombonera y en un encuentro oficial, por la Copa Diego Maradona. El cotejo será el 3 de enero y los marplatenses tendrán que verlo por TV. Para encontrar otro clásico entre Boca y River oficial en el arranque de un año hay que remontarse a 1932, cuando el 6 de enero el “xeneize” goleó 3-0 como visitante por la última fecha del Campeonato de Primera

Volviendo al punto del deterioro en la calidad del fútbol de verano con el correr de los años, hay que destacar, sin embargo, que el Fútbol de Verano significó siempre uno de los espectáculos más convocantes de cada temporada en Mar del Plata. Porque cada Superclásico se jugó a cancha llena y el resto de los partidos (fundamentalmente los que tuvieron a Boca o River como uno de sus protagonistas) aportaron también un buen caudal de espectadores.

¿Cuántos espectáculos pueden mostrar un borderó de alrededor de 80 mil espectadores al cabo de una temporada?  

Pérdidas millonarias

Desde Torneos, la empresa organizadora, estiman que desde sus arcas erogan no menos de 25 millones de pesos para los costos operativos de 5 partidos de verano en esta ciudad. La suma se desprende de unos 8 millones en la hotelería y gastronomía de las diez delegaciones (los planteles en los últimos años van y vienen desde su ciudad de origen), otros 7 millones para la contratación de personal de estadio (Utedyc) y la estadía de los empleados propios que se instalan aquí durante la competencia, y unos 10 millones más en seguridad.

Antecedentes

Desde que comenzaron a jugarse en 1968, Mar del Plata no disfrutó del Fútbol de Verano sólo en un puñado de ocasiones. El desaparecido estadio San Martín en sus comienzos y el Mundialista luego vieron pasar a leyendas del fútbol mundial, como Diego Maradona y Pelé.

En 1976 no se jugó el tradicional torneo por inconvenientes de calendario pero al menos se desarrolló un triangular. En realidad se jugaron los dos primeros partidos del mismo, saldados con triunfos de Boca Juniors ante Kimberley (1-0) y Olimpia de Paraguay (3-2), que decretaron el título para el “xeneize”

En 1994 no hubo acuerdo final entre organizadores, autoridades municipales y de la Liga Marplatense. Entonces se jugaron doce partidos en Mendoza, incluidos tres Superclásicos. Aquí, otra empresa buscó aprovechar el “hueco” para organizar algunos amistosos que no despertaron el interés de la gente. El plato fuerte parecía ser el Newell’s de Maradona ante Vasco Da Gama pero Diego faltó a la cita…

En la temporada pasada, la de enero 2020, directamente no hubo partidos de fútbol de verano en el estadio José María Minella. Los problemas de calendario habían puesto otra vez las cosas difíciles. Sin embargo, los organizadores habían encontrado una “ventana” entre el 14 y el 20 de enero para intentar organizar tres partidos.

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Son los millones de pesos que gasta en Mar del Plata la organización del Torneo de Verano en concepto de hotelería, comidas y seguridad. Nùmero estimado sobre un promedio de cinco partidos. Desde la empresa calculan además que los hinchas que llegan para ver esos encuentros dejan en la ciudad otros 100 millones de pesos.

No obstante, si bien la gestión de Carlos Arroyo y Mourelle había finalizado el 10 de diciembre de 2019, antes de partir se había cerrado el acuerdo para disputar un partido de rugby en el Minella. En efecto, el 17 de enero llegó Jaguares, la franquicia argentina que participaba del Súper Rugby, para medir fuerzas con el modesto Georgia XV. Ese encuentro, en el medio de la única semana que el fútbol tenía libre para organizar partidos, terminó dando por tierra con toda chance de que haya Fútbol de Verano en esta ciudad. 

Esta vez los obstáculos fueron definitivamente insalvables. La pandemia alteró los calendarios y sacó al público de los estadios. Así el Fútbol de Verano no vendrá a Mar del Plata pero tampoco estará en Mendoza, Córdoba, San Juan o Salta, sedes alternativas en años anteriores. 

Desde Torneos aseguran que el diálogo con las autoridades municipales es fluido y que esperan llegar a buen puerto para que el Fútbol de Verano vuelva a Mar del Plata en enero de 2022. Si la pandemia lo permite claro…

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