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abril 18, 2024
María Julia Martínez
Interés General Lo de Acá

Bióloga marplatense trabaja en la búsqueda de nuevos tratamientos para el cáncer de próstata

María Julia Martínez viajó a Miami tras finalizar su formación en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Hoy forma parte de la Miller School of Medicine de la Universidad de Miami. Entre otros trabajos, estudia medicamentos para el estadio más avanzado de la enfermedad. 

Por Agustín Casa

La bióloga marplatense María Julia Martínez se radicó en Miami (Estados Unidos) a principios de 2017. Desde entonces, su lugar de trabajo es la Universidad de Miami, donde integra un grupo de investigación que busca nuevos tratamientos para cáncer de próstata.

Allí, la investigadora participa de varios proyectos. Uno de ellos consiste en el testeo de drogas para el estadio más avanzado de cáncer de próstata, conocido como cáncer de próstata resistente a castración, para el que hay pocos tratamientos disponibles. Su tarea es estudiar las drogas en células en el laboratorio. 

En este proyecto, su grupo trabaja junto al equipo del doctor Stephan Schürer de la misma universidad, que realiza predicciones a partir de bases de datos de expresión de miles de compuestos existentes. 

“La colaboración de nuestro laboratorio consiste en identificar compuestos que sean capaces de revertir la expresión de genes modificados en cáncer de próstata”, explica a Bacap la doctora en Ciencias Biológicas, quien hace un posdoctorado en el laboratorio de la doctora Kerry Burnstein de la Miller School of Medicine de la Universidad de Miami.

Martínez se encarga de poner a prueba las predicciones del equipo de bioinformática. Ya estudiaron en células unas cincuenta drogas y esperan llegar a un centenar para luego, en base a los resultados, predecir cuáles serían las mejores combinaciones de drogas.

“La idea final es que, teniendo los datos de expresión del paciente y de determinados compuestos, se puedan desarrollar terapias que sean específicas para cada paciente. Estamos muy lejos de ese punto porque todavía estamos en células. Pero la idea del proyecto a largo plazo sería esa”, señala la marplatense. 

El tratamiento estándar para un paciente con cáncer de próstata es la deprivación de andrógenos. Martínez comenta que, si bien estos tratamientos inicialmente funcionan, el problema es que luego de un par de meses las células tumorales desarrollan resistencia al tratamiento y dan lugar a un estadio más agresivo del cáncer. 

En este sentido, desde su grupo consideran que una posible solución a ese problema es inhibir dos vías, es decir, utilizar a la vez dos compuestos (combinación de drogas) que inhiban dos vías diferentes.

Además, Martínez indica que una ventaja de este estudio es que la mayoría de las drogas que usan ya han sido aprobadas para cáncer de próstata u otros tipos de cáncer. “Esto haría mucho más fácil la reutilización en fases clínicas porque se sabe que son seguras”, afirma.

La UNMDP, su primer paso

“Siempre supe que quería estudiar ciencias exactas y hacer investigación”, cuenta Martínez. Mientras cursaba segundo año de polimodal en el colegio FASTA, realizó un test vocacional y el resultado marcó disciplinas como biología, química y bioquímica. Y eligió biología.

Fue así que estudió la Licenciatura en Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP). Al terminar la carrera de grado, obtuvo una beca doctoral de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación. 

Su trabajo de posgrado lo realizó con el grupo de Biología Comparativa en Solanáceas del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB), del CONICET y la UNMDP. El grupo había caracterizado algunos componentes de la papa que podían llegar a tener alguna actividad biológica y eso generó interés en Julia, quien trabajó bajo la supervisión de las investigadoras Adriana Andreu (directora de tesis) y Luciana Barbini (codirectora de tesis).

¡Tienes un email!

Mientras terminaba su doctorado, María Julia Martínez decidió hacer una experiencia de investigación fuera del país. “Durante el último año de doctorado me levantaba todos los días y mandaba emails”, comenta. 

Con la búsqueda en marcha, una compañera de la carrera de Biología, que había continuado su formación en la Miller School of Medicine de la Universidad de Miami, visitó Mar del Plata y le contó que en su laboratorio había una vacante.

“Le mandé un email a Kerry Burnstein. Era el email del final de la búsqueda, el más pulido de todos. Pasé por tres entrevistas. Lo último que ofrecí fue viajar durante mis vacaciones y trabajar unos meses. Como estaba mi amiga, me quedé un mes en el sillón de su casa y mientras tanto iba a trabajar. Así fue que me contrataron”, narra la bióloga, quien en 2017 se doctoró en la UNMDP y una semana después ya estaba radicada en Miami.

El trabajo de laboratorio en pandemia

Al comienzo de la pandemia de COVID-19, el trabajo científico pasó a la virtualidad. En ese momento, presentaron junto a su directora Kerry Burnstein un proyecto piloto y recibieron un subsidio de la Universidad de Miami para estudiar en laboratorio un potencial tratamiento para COVID-19 severa a partir de una droga utilizada en cáncer de próstata. 

“La idea del proyecto era poder encontrar algún tratamiento para aquellas personas que se infectaban y cursaban una enfermedad un poco más severa. Nuestro proyecto buscaba reutilizar una droga que está aprobada para el tratamiento de cáncer de próstata, que se sabe que es segura, en otra enfermedad”, explica la marplatense.

Su proyecto fue aceptado y el 10 de abril regresó al laboratorio. “En ese momento, yo era la única involucrada en ese estudio. Así que estuve trabajando sola en el laboratorio unos dos o tres meses”, dice Martínez.

En su laboratorio, se encargó de estudiar la droga en células de pulmón. Tras tener los resultados de los ensayos, comenzaron a trabajar de manera colaborativa con un equipo de virología de Colorado (Estados Unidos) y obtuvieron un subsidio más grande para continuar la investigación. Actualmente, el equipo de Colorado realiza ensayos en laboratorio con células infectadas con distintas variantes del SARS-CoV-2.

Cerca de casa

Prende la radio y escucha voces en español. Maneja media hora y llega a la playa. Juega al hockey, como lo hacía en su ciudad, en un equipo que está integrado por latinoamericanas y españolas. Y consigue yerba para el mate en un supermercado cercano a su casa. Si bien se encuentra lejos de Mar del Plata, María Julia Martínez asegura que la adaptación a Miami fue “bastante suave”.

Sin embargo, reconoce que no se imaginaba una estadía tan larga fuera del país. “Nunca pensé que iba a estar viviendo cinco años en el exterior. Pero sí sabía que quería hacer una experiencia de investigación en otro país para aprender nuevas técnicas y vivir la experiencia de estar trabajando en otro lugar, con otra idiosincrasia, con otro acceso a materiales e instrumentos”, afirma.

En Miami vive con su pareja, Hernán, y su hija Amelia, que nació a principios de año. Su idea es regresar con su familia al país luego de finalizar los proyectos en curso y continuar su carrera científica en Argentina.

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